Bon appétit amig@s,
Hoy he vuelto a hacer mis pastas de té favoritas, las que he comido en casa durante toda mi vida. Unas pastas de té muy sencillas de elaborar y sanas, que podemos conservar durante muchos días en una lata bien cerrada. Lo malo es que es muy difícil comerse solamente una así que no suelen durar tantos días jaja.
Pongo en marcha mi imaginación para hacer unas presentaciones distintas. Como hoy las preparo de vainilla y chocolate pues combino ambas masas para presentarlas, vamos allá.
Ingredientes:
-500 gramos de harina
-3 huevos
-1 sobre de levadura en polvo
-125 gramos de azúcar
-75 gramos de aceite de girasol
-50 gramos de leche
-50 gramos de cacao en polvo
-Ralladura de limón
-Una cucharadita de vainilla
Lo primero, como siempre os digo, es encender vuestro horno a 180 grados de forma que se caliente mientras preparéis la receta. Así podréis hornear vuestras pastas de té inmediatamente.
Vamos a empezar por poner en un bol la harina junto a la levadura y el azúcar. Removemos y hacemos un hoyo en el centro para añadir los 3 huevos enteros, el aceite y la leche. Empezamos a integrar todos estos ingredientes con una cuchara y luego con nuestras manos.
Truco: Es mejor hacerlo sobre una superficie lisa para poder amasar mejor.
No hay que amasar en demasía sino solo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Como la masa suele pegarse un poco a las manos, os aconsejo no añadir más harina sino envolver vuestras manos en harina para que no se os pegue.
En este punto vamos a separar la masa en dos. En una añadiremos la ralladura de limón y la vainilla y en la otra añadiremos el cacao en polvo (yo utilicé cacao Nesquik). Amasamos de nuevo ambas masas.
Bueno ya tenemos las dos masa hechas y ahora toca hacer las presentaciones :
Formamos bolitas de tamaño de una nuez – 10 de cada sabor- y las ponemos sobre nuestra placa de horno. Con la ayuda de un exprimidor de naranja, le ponemos un poco de harina en la punta y aplastamos nuestras bolitas. Quedan unas galletas estrelladas muy bonitas.
Extendemos un trozo de ambas masas con un rodillo por separado dejando un espesor de más o menos medio centímetro. Con la ayuda de un cortador redondo hacemos unos redondeles y otro más pequeño en el centro- yo utilicé un descorazonador de manzanas para hacer el agujerito central. Sacamos los agujeritos centrales de los redondeles y los intercambiamos de masas. Es decir, pasamos los agujeritos de vainilla a los redondeles de chocolate y viceversa. Quedan unas florecitas muy chulas y de dos sabores.
Hacemos unas tiras cilíndricas de masa con nuestras manos. Enrollamos una de vainilla con una de chocolate en forma de trenza (pero solo con 2). Las cortamos de unos 10 cm de largo y las volvemos a enrollar a modo de espiral. Quedan también muy bonitas.
Cocemos nuestras pastas de té al horno a 180 grados durante 10 minutos.
Dejamos enfriar antes de guardarlas en una lata.
Suelo pasar una tarde estupenda con mis hijos para prepararlas, se divierten muchísimo.
Super originales y buenísimas.
Bon appétit Mama
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