Hace un par de semanas estuvimos en Londres, en familia, niñas incluidas. Mi marido y yo habíamos estado hace más de diez años durante una semana recorriendo muchos de los típicos sitios de postal londinense, entrado a mil museos e ido a parques, mercadillos, … Así que esta vez, con las niñas, íbamos más relajados, sin agendas ni rutas, sobre la marcha, día a día, y a su ritmo. Pero una cosa que no quería dejar de hacer era la ceremonia del té de la tarde.
El té es originario de China y se toma desde el año 2.737 a.C. y allí se convirtió en algo milenario y ceremonioso. El emperador Shen Nung estaba recolectando plantas y decidió descansar bajo un alto arbusto de té salvaje y hervir un poco de agua. Unas hojas de té cayeron en el agua caliente y el resultado fue una bebida refrescante a la que llamaron té. Se introdujo en Europa de la mano de comerciantes portugueses y alemanes aunque por circunstancias siempre se asocia a los ingleses porque lo toman con más asiduidad. En 1.658 en la corte inglesa, en la boda de Carlos II y Catalina de Braganza (portuguesa), se sirvió té y ahí comenzó todo. Barcos cargados de té desde la Compañía Británica de las Indias Orientales facilitaron que la corte pudiera tomar el té y que años después llegara a las clases menos pudientes.
Para los británicos la pausa del té en el medio de la tarde (entre la comida y la cena) es la hora de parar y tomarse un respiro. Es una excusa para poner la tetera al fuego (“put the kettle on“) y hacer una taza de té. Lo que nosotros hacemos tomando un café o los suecos en su fina o pausa para el café. Y si lo acompañamos de un sandwich y algo dulce pues ya tenemos el tan inglés Afternoon Tea. Fue la Duquesa de Bedford la que en el siglo XVIII creó el ritual del afternoon tea. Era una de las damas de honor de la Reina Victoria. Un buen desayuno, una comida ligera y una gran cena hicieron la necesidad de cubrir el hueco y el desmayo que sentía la Duquesa a media tarde, así que pedía que le llevaran un té unos pasteles a su cámara. Tantas veces la pidió que esta costumbre se propagó rápidamente a través de la Corte y alrededor del Palacio de St. James’s y por supuesto la tienda en Piccadilly de Fortnum & Mason’s. En 1707, el propietario de caballerizas Hugh Mason y el lacayo real William Fortnum establecieron un negocio juntos como tienda de comestibles y comerciante de té. Y por supuesto comenzaron a servir el famoso Afternoon Tea.
Hasta hace un tiempo yo pensé que consistía en tomar una taza de té y unas pastas. Pero al parecer los británicos tienen su protocolo y últimamente se ha vuelto a poner de moda. Para todo hay modas y parece que el té y toda su ceremonia vuelve a ser actual y no un ritual del pasado.
Hay diferentes variantes:
Cream Tea que incluye un té y unos scones con clotted cream y mermeladas. Digamos que sería el más sencillo.
Y el Afternoon Tea que sería una pequeña merienda salada y dulce que además del té consta de tres platos que suelen incluir finger sandwiches, scones con clotted cream y mermeladas y un surtido de dulces (bundts, Victoria Sponge Cake, cupcakes, …). Los sandwiches se cortan en tiras (de un dedo, de ahí lo de finger) o en triángulos. Los scones son unos dulces originales del siglo XV de Escocia pero se hicieron populares por todo el país, están los clásicos, con pasas, … , servidos con una especie de nata (crema de leche)-mantequilla llamada Clotted Cream y con mermeladas. Pueden parecer secos o amorfos pero están riquísimos, me sorprendieron mucho.
Me hacía mucha ilusión ir a Londres e invitar a mi familia a tomar un auténtico Afternoon Tea. Mirando por diferentes webs oficiales y blogs la verdad es que pensé que iba a ser un todo un lujo que se salía de mi presupuesto. Por supuesto las recomendaciones van desde tomarlo en el Ritz, en Harrods, en Fortnum & Mason en el elegante Diamond Jubilee Tea Salon, entre música de piano, una cuidada selección de sandwiches y scones y con nada más y nada menos que 82 variedades diferentes de té donde elegir, en el hotel One Aldwych de Londres ambientado en el cuento Charlie y la fábrica de chocolate, en el Oxo Tower Restaurant and Brasserie ambientado en la hora del té de Alicia en el país de las maravillas, el del hotel Claridge’s sin duda el favorito de los londinenses, el Orangery de Kensington Palace donde tenemos la opción de tomar el té en un auténtico palacio real o en The Cellarium, el espacio gastronómico de la Abadía de Westminster, bajo sus techos abovedados del siglo XIV. Hasta se puede tomar té en el autobús turístico de dos pisos!!!!
Como veis las combinaciones son infinitas y el precio desde 20 a unas 100 libras por cabeza. Sí habéis leído bien. Y en alguno de ellos es imprescindible ir de etiqueta. Pues bien, una cosa es una cena pero para una merienda gastarse para cuatro personas entre 80 y 400 no entraba en mis planes. Mi primera opción fue Muriel’s Kitchen un sitio del Soho donde comimos que nos encantó tanto por el sitio, la decoración y la comida. Pero buscando, investigando e indagando me ceñí a una recomendación: en los museos de Londres (la mayoría gratuitos) sirven un Afternoon Tea excelente y económico.
Pues bien, además me enteré que existe la versión inglesa de Groupon y que podía conseguir una merienda estupenda para 4 personas por 21 en Wellcome Collection, un Museo que tiene restaurante y cafetería y que ofrece un Afternoon Tea muy completo y delicioso. La diferencia es abismal con otros sitios. No, no es una abadía, un palacio ni un salón centenario pero está más que bien. Sin descuento el precio es de 11.50 por persona que tampoco está mal. Al museo no entramos, pero la merienda la disfruté muchísimo. Pude comprar el cupón y hacer la reserva online a continuación desde casa antes de viajar a Londres. Se sirve todos los días de 15 a 17:30h excepto los lunes que la galería permanece cerrada. Nosotros teníamos reserva a las 17h el domingo 19 de marzo para celebrar el Santo de mi marido y el Día del Padre.
La Wellcome Collection combina tres galerías: ‘Medicine Man’, ‘Medicine Now’ y ‘exposiciones especiales’. Trata temas de la ciencia, la salud y la identidad humana. Los 1.300 objetos expuestos muestran la gran variedad que estos temas incluyen. Las obras de Leonardo da Vinci, Andy Warhol y Martin Parr se asientan junto a artefactos como la navaja de Nelson, el cepillo de dientes de Napoleón, las hojas de Guillotina usadas, un robot de secuenciación de ADN, … Charles Darwin también está representado aquí – por su bastón de ballena, completo con el detalle del cráneo. Hay exposiciones únicas, comenzando con “el corazón”, con imágenes fascinantes de la cirugía de corazón vivo; Un video-link permite al público hacer las preguntas del equipo quirúrgico mientras llevan a cabo la compleja reconstrucción de una válvula cardíaca.
Nosotros fuimos directos a la cafetería y tomamos una selección de mini sándwiches, scones recién hechos con clotted cream de Cornualles y mermelada de fresa Tiptree, una selección de pasteles y varios tés disponibles de hojas sueltas.
4 tés en teteras individuales, 4 servicios de té, 4 scones, 2 stands de 2 pisos. Merienda-cena
Sandwiches:
4 x salmón, crema fraîche y cebolleta
4 x pepino, queso suave y eneldo
4 x jamón y queso
4 x mayonesa de huevo y berros con mostaza
Mini cakes:
4 x mini cakes de limón y arándanos
4 x mini tartaletas de chocolate y caramelo
4 x macarons de frambuesa
2 x brownie con nueces
2 x St. Clements
4 x scones caseros con clotted cream y mermelada de fresa
Selección de té de hojas sueltas:
English breakfast
Earl Grey
Escaramujo e hibisco
Jengibre y limón
Manzanilla
Oriental Sencha
Poleo menta
Elderflower y limón
A mis niñas les encantó el té de jengibre y limón.
Había tanta comida para una merienda
que pedimos que nos pusieron las sobras para llevar, en una cajita de cartón.
Me he traído unas cuantas cositas de souvenirs para preparar un Afternoon Tea en casa.
Si quieres tomar el clásico Afternoon Tea sin morir en el intento puede que este post te sea útil. Es una manera de sentirse inglés por un día, tomar el té de las cinco sin arruinarse, sin pomposidad pero igualmente clásico y delicioso. Por cierto me encantó la vajilla!!!!
El día que volvimos a Valencia fue el día del atentado en Westminster, una zona que obviamente como turistas transitamos varias veces. Cada uno tiene su destino, el nuestro era volver a casa sanos y salvos y eso que perdimos el avión de vuelta. Salíamos el martes, en teoría, pero llegamos y las puertas de embarque estaban cerradas así que por primera vez perdí un avión. Después del sofoco y lo del atentado se quedó en una mera anécdota la verdad.
Mi viaje por Londres da para otro post: ruta repostera por Londres. Próximamente en el blog. Recordad que estoy de obras en casa y me prodigo últimamente poco por el blog. Prometo post para junio presentando mi nueva cocina!!!!
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