Controlar el fuego.
La rueda.
La máquina de vapor.
La croqueta.
Sí, sin duda la croqueta ocupa un lugar destacado y puede que se le haya dedicado tanto esfuerzo a su desarrollo como a buscar la cuadratura del círculo o la esferificación del cubo, pero con resultados mucho más prácticos, ¡dónde va a parar!.
¿Y a que viene este rollo?, todo tiene su explicación...
Este mes el blog asaltado es Más dulce que salado, que como su propio nombre nos indica, es un espacio en el que predominan recetas de postres, tartas, bollos, masas... todo ello explicado maravillosamente por Mara y con un apabullante recetario fantásticamente documentado. Tienes un magnífico material para navegar y aprender.
Lo que pasa es que a mi me suele tirar más lo salado y, además, en este reto me gusta mucho aprovechar para ir haciendo todas esas recetas que se me han ido quedando en el limbo de las "pendientes", así que cuando me fui al índice de recetas y vi "Ajoblanco", lo tuve claro, ¡esa era la elegida!, (sí, ya se que es la primera del índice, pero de veras que fue por interés y no por vaguería).
Vaya por delante que este es un Ajoblanco del tipo almeriense, que es una pasta mucho más densa que el ajoblanco malagueño, una especie de gazpacho o sopa fría mucho más ligera.
Sé que el espíritu original de este reto era elaborar las recetas de una forma textual, pero es que en casa no tenemos aceite de girasol y tenemos unos fantásticos ajos negros que estaban pidiendo a gritos formar parte de esta receta. Aquí tenéis lareceta de Mara.
Ingredientes:
2 Dientes de ajo negro y un diente de ajo normal.
Pan "asentado".
2 medidas de AOVE.
1 medida de leche entera.
Vinagre (al gusto).
Sal.
Almendras crudas peladas (marconas).
Servimos con ajo negro laminado y brotes de rabanitos #ponunrabanoentuvida
Elaboración:
Pues tan fácil como introducir todos los ingredientes en el vaso de la batidora y darle caña hasta conseguir la textura deseada.
¿Cuanto pan utilizar?, pues eso es complicado de decir, en mi caso, con estas cantidades fue algo más de media barra, pero eso dependerá del grosor de la barra o de otros elementos. Te propongo que empieces con poco pan y luego añadas.
Ahora bien....
Todo esto que te cuento ocurrió el lunes y algo en mi interior me decía que aquello no estaba bien, que siempre en este reto ando con prisas y a última hora; que la receta había salido a la primera y que había que buscar un reto que aumentase la dificultad y las probabilidades de fracaso... así que, de repente escuché una voz interior que me dijo: ¡Croquetiza! ¡y me lancé!.
En este blog somos muy de croquetizar cosas, así que me pareció una gran idea, principalmente porque pensé que sería un desastre, algo saldría fatal y tendría material para contar aquí, pero...
De nuevo, todo salió bien y fue muy fácil. Era profundamente irritante, ¡todo me estaba saliendo a la primera!, pero en fin, decidí no buscarme más líos y dejarlo estar.
Para la croquetización:
1.- Enfría mucho la masa para que se solidifique un poco, yo la metí un rato en el congelador, lo suficiente para aumentar su dureza y sin llegar a un helado de almendras y ajo.
2.- Haz quenelles con ayuda de dos cucharas y rápidamente pásalas por pan rallado, huevo y de nuevo pan rallado.
3.- Introduce en AOVE bien caliente (pero no a tope) y vigila bien para que no se queme ni se abran. Cuando estén doradas retíralas sobre papel absorbente.
Y como aún tenía tiempo, se me ocurrió que quedaría todo fenomenal acompañado de una especie de chutney de chiles tailandeses que el Tribunal internacional de La Haya estudia prohibir por su consideración de arma química de destrucción masiva.
Ingredientes:
Pimientos rojos.
Chiles tailandeses.
Romero.
Azúcar.
Salsa Worcestershire.
La proporción entre chiles y pimientos rojos viene a ser algo así;
De uno a cuatro para personas sensatas.
De uno a tres para aventureros con ínfulas y un claro desprecio a la vida.
De uno a dos para personas que, evidentemente, necesitan atención psiquiátrica urgente.
Pondremos los pimientos y los chiles muy picados en una sartén con unas gotas de AOVEy dejaremos ir pochándose muy despacio removiendo frecuentemente.
Transcurridos unos 20 minutos, añadimos azúcar (no es una mermelada, no añadáis mucha), unas ramas de romero y un buen chorro de salsa Perrins y dejamos reducir.
Consideraciones:
El ajo negrole aporta aromas de ajo, pero sin la intensidad del ajo "normal", sin su "verdor" y hace que repita mucho menos.
El "chutney" de pimientos y chiles se puede servir sobre una tostada y sobre él, el ajo blanco/ ajo negro, la combinación es brutal, perfecta.
El picante combina muy mal con el vino, así que en este caso creo que lo mejor es acompañarlo con una cerveza fría, yo lo hice con esta alemana de trigo que me encanta.
Y como quiera que ayer fue mi cumpleaños (sí, ya llegas tarde, pero aún estás a tiempo, éste es el momento en que debes aprovechar para ir a mi perfil en las redes sociales y felicitarme, gracias), voy a dedicarme a mi mismo un vídeo de unos tipos blancos que juegan con coros negros.