Las albóndigas con salsa de tomate, son una de esas preparaciones que valen para todo; un retoque aquí y allá, y se transforman... y te sorprenden siempre, (aunque sean del día anterior).
Me gustan las albóndigas, de todas las formas. Como de pronto, se han convertido en uno de mis platos favoritos y, si no semanalmente... quincenalmente, aparecen en mi mesa reinventadas. No obstante, lo que nos ha traído hasta aquí, es la receta básica de unas albóndigas tradicionales; la típica "arreglá pero informal" que tanto nos gusta a las mamás.
Tiempo de preparación: 1 horita, incluyendo el tiempo de cocción.
Ingredientes para 4 personas:
-250 gr carne picada de cerdo
-250 gr carne picada de ternera (a mejor carne, más ricas)
-1 huevo
-2 rebanadas de pan (tamaño pan de molde, sin corteza; también vale el pan de molde)
-50 ml aproximadamente de leche (para remojar el pan)
-sal y pimienta
-perejil picado (1 cucharadita)
-1/2 diente de ajo rallado (a más ajo, más fuertes) o media cc de ajo en polvo
-tomillo y romero (opcional)
Para la salsa de tomate:
-1/2 a 1 cebolla picada
-2 latas de tomate entero pelado
-1 zanahoria (opcional)
-1 cs azúcar
-sal y pimienta
Elaboración:
Combinar todo en un bol, amasando hasta integrar todos los ingredientes. Si preparas la masa el día anterior queda incluso mejor, pero no es necesario.
El tamaño de las albóndigas es un poco libre. Yo suelo hacerlas del tamaño de una pelota de pin pon, aproximadamente... Y pasarlas por harina antes de freir, en una sartén que tendrás preparada en el fuego, con un poco de aceite (no se trata de patatas fritas).
En este punto puedes hacer dos cosas: sacar las albóndigas e incorporar la cebolla para rehogarla o incorporar la cebolla sobre las albóndigas. Yo he optado por este segundo procedimiento, asegurándome primero que no hay un excedente de aceite en la sartén (grasa la justa!). Cuando la cebolla empiza a transparentarse, podemos agregar una parte de la zanahoria rallada fino, para que no haya quejas ;)
Una vuelta después, ponemos dentro de la sartén el tomate. Cuando observemos que está caliente, podemos empezar a machacarlo con cuidado de no destrozar las albóndigas, sin insistir mucho. Una cucharada sopera de azúcar le quitará la acidez.
El calor del fuego y el tiempo se encargarán de hacer la salsa. Nosotros solo tenemos que vigilar que no esté muy alto, para que no se pegue, y de machacar los trozos grande de tomate, aplastando con la cuchara o espumadera. Rectificamos de sal/pimienta. Media hora después... o lo que se haya demorado, tapadas a ser posible (a fuego más bajo, más tiempo de cocción).
Por cierto, no es necesario hacer la salsa de tomate en este momento. Puedes tenerla preparada con anterioridad y aprovecharte de ella. Con lo que después de freir las albóndigas, incorporaríamos la salsa de tomate; un chorrito de agua para compensar la evaporación y a esperar. Chup chup media hora y listo.
Qué hacer con estas albóndigas:
El día de hoy han sido la guarnición de un fabulosa pasta cocida al dente, con queso parmesano y orégano... los adornos y aderezos son personales... Nunca mezclo todo, ya que es bastante probable que sobre mucho. Sirvo cada plato como a cada uno le gusta. Y todo el mundo feliz!
Adoro esta imagen. Fue a partir de la lectura de un artículo de Ana Vega Biscayenne, publicado en El Comidista de Mikel López Iturriaga (famosísimo por su peliagudo humor... y gran gourmet de todo lo bueno), que me aficioné a buscar manjares en las películas que voy viendo, así como a la lectura de estos artículos sobre la comida en el cine.
En El Padrino, el caporegime Peter Clemenza enseña a Michael Corleone a preparar la perfecta salsa para unos espagueti. Biscayenne te cuenta todo como si hubiera estado presente... y cuando has terminado de leer, solo puedes pensar en cocinar! Os dejo el enlace del artículo por si tenéis curiosidad : Los espaguetis de El Padrino.
Hasta aquí mi peli de hoy.
Gracias por leer, por compartir y por tu me gusta.
Este artículo aparece por primera vez en el blog "Mariví en su cocina".