El caso es que aunque era mega fan y casi adicta a las chuches y los dulces (cosas que ahora no me fascinan, por cierto), reconozco que me gustaban mucho otros platos no tan visualmente atractivos. Y es que los niños comen con la vista. No es lo mismo ver un plato de lentejas, que unos macarrones con su salsita de tomate, o unas acelgas con patatas a unas croquetitas bien doradas o una pizza... reconozcámoslo, ¡si incluso a los adultos nos pasa!.
Por eso el plato que os traigo hoy es ideal para "engañar" a esos niños delicados a los que no hay manera de darles pescado y por qué no, también a esos mayores hartos de la monotonía culinaria. Podéis prepararlo como plato principal acompañado de unas patatas fritas, arroz blanco aromatizado al ajo o un buen cus, cus para darle el toque de hidratos de carbono que le falta, o también podéis servirlo como aperitivo en una cena buffet. ¡Espero que os guste la receta!
ALBÓNDIGAS DE PEZ ESPADA EN SALSA MEDITERRÁNEA
Ingredientes para 2 personas
(8 albóndigas)
1 filete de pez espada de tamaño medio
Sal; Pimienta negra molida;
1 diente de ajo picado; Cebollino fresco;
4 hojas de albahaca fresca; Aceite de Oliva;
Harina especial rebozados.
PARA LA SALSA MEDITERRÁNEA
5 tomates medianos maduros; 1/2 cebolla fresca;
1 diente de ajo; 1 filete de anchoa en salazón; 1 cucharadita de alcaparras;
10 aceitunas sin hueso (verdes o negras); 1 chorrito de vino blanco seco;
Sal; Pimienta negra molida; 1/2 vaso de agua; 1 pizca de azúcar moreno.
Hojas de Albahaca fresca; Aceite de Oliva.
Limpiamos el pescado de piel y posibles espinas y lo troceamos. Lo ponemos en el procesador de alimentos de la batidora junto con el diente de ajo pelado y troceado, el cebollino fresco y la albahaca bien lavados y secos, la sal y la pimienta y un chorrito de aceite de oliva. Trituramos hasta que quede bien picadito.
Formamos las albóndigas y enharinamos, aplaudiéndolas bien para quitar el exceso de harina. Las freímos en aceite bien caliente y dejamos escurrir en un plato cubierto con papel absorbente.
Elaboramos ahora la salsa, para ello, pelamos la cebolla y el ajo y los picamos finitos. Los ponemos a pochar en una cacerola con aceite a fuego medio. Pasados unos minutos, añadimos el vino y subimos el fuego para que se evapore.
Mientras, pelamos los tomates y los despepitamos. Troceamos la carne del tomate en cuadraditos y los añadimos a la cacerola junto con la cebolla. Añadimos la anchoa troceada, aunque parezca extraño, la carne de anchoa da un sabor excelente a las salsas. Por si os preocupa, no os encontraréis ningún trozo de anchoa ya que se deshace con el calor y el sabor tampoco se percibe, tan solo enriquece la salsa.
Bajamos el fuego de nuevo y dejamos cocinar lentamente hasta que el tomate se deshaga. A mitad del proceso, añadimos sal y una pizca de azúcar moreno para contrarrestar la acidez. Cocinamos unos 15 minutos a fuego lento. Como el tomate se irá secando, añadiremos un poquito de agua para que la salsa quede algo más líquida. Pasado este tiempo, añadimos las aceitunas cortadas en rodajitas y las alcaparras (lavadas previamente para quitar el exceso de sal). Dejamos cocinar un par de minutos y añadimos unas hojas de albahaca fresca troceada y de un poco de pimienta negra recién molida para aromatizar nuestra salsa.
Introducimos las albóndigas en la salsa y dejamos cocinar todo junto unos cinco minutos a fuego suave, dándoles la vuelta a las albóndigas a mitad del proceso.
Una vez listas, servimos decorando con unas hojitas de albahaca fresca y disfrutamos del plato a tope.
¡Hasta el próximo post!