Durante toda la semana, corremos para ganar horas al día y que nos dé tiempo a todo. Algunas de ellas las debemos ocupar en cocinar y, la mayor parte de la gente, cuida que lo que prepara se ajuste a una dieta equilibrada: lunes, lentejas; martes, pastas; miércoles, verduras... Vamos con la hora pegada a los talones, pero sabemos que debemos cuidar nuestra dieta en pro de nuestra salud.
Sin embargo, al llegar el fin de semana, paramos en seco y damos menos importancia a ese equilibrio nutricional. Nos damos más a la comida rápida y los platos precocinados para poder descansar del ajetreo de la semana. ¿Tiene esto mucho sentido? ¿No sería el fin de semana el momento mejor para cocinar sin agobios y sin prisa?
La naturaleza es sabia y deberíamos aprender de ella. En Mallorca se ha observado el comportamiento de dos tipos de aves pescadoras y se ha descubierto que, entre semana, no hacen ningún tipo de esfuerzo por conseguir alimentos, puesto que saben que tienen los restos de los barcos pesqueros que faenan esos días a su entera disposición. En cambio, el fin de semana les toca cazar para poder llevarse algo a la boca (bueno, el pico).
Sin ánimo de hacer creer que debemos pasarnos a comer comida precocinada cinco días a la semana, y dos casera, podemos ver que si pensamos un poco como los pájaros, podemos hacer nuestros días de entre semana más llevaderos: un día ‘de diario' podemos optar por comida ya hecha (lo que nos otorga un tiempo extra de relax) o adelantar trabajo el fin de semana (lo que te sigue dejando descanso esos dos días y te asegura otro tanto para los otros días de la semana).
¿Eres organizado y práctico en la cocina para conseguir comer mejor y ganar tiempo para ti?