Por otra parte, no debemos posponer el cuidarnos con más intensidad después de algunos excesos cometidos durante el largo verano, y que tal vez nos ha llevado a coger algún que otro kilo de más…
Es por ello que hoy propongo un aperitivo saludable que nos permita todavía disfrutar de una buena terraza al fresco con un alimento más que saludable “los mejillones”.
Vamos a conocer a este molusco, de forma que sepamos cuando es su momento óptimo de consumo, cuales son sus interesantes aportes nutricionales y como debemos cocinarlo para aprovechar al máximo sus nutrientes.
Mejillón “alimento de temporada”
No sé si habéis oido el término “miticultura” (yo no tenía ni idea antes de escribir esta entrada) pues hace referencia al hecho de cultivar mejillones, de modo que esta técnica nos permite que tengamos acceso a este molusco prácticamente durante todo el año.
Para ello se colocan unas plataformas flotantes cerca de la costa, llamadas bateas, de estas se cuelgan unas cuerdas en la que estos crecen de manera natural.
Su momento más óptimo para el consumo comienza a partir de los meses de junio y/o julio, pues prácticamente desde la primavera, hasta finales de invierno, estos encuentran abundancia de plactón en el agua para alimentarse, solo escasean un poco de marzo a mayo.
Como veis estamos ante un alimento que se encuentra en plena temporada y su consumo en estos momentos nos hará disfrutar de un sabor más intenso así como de unas excelentes cualidades nutricionales.
El mejillón y el hierro, aliados contra la anemia
El hierro es un mineral, imprescindible para la vida y resulta fundamental la ingesta de dicho nutriente.
Este, resulta imprescindible para la formación de hemoglobina de los glóbulos rojos, para la asimilación de las vitaminas del grupo B y para la correcta regulación del pH de la sangre.
El consumo de mejillones, nos aportará una gran cantidad de este mineral, lo cual provocará que nuestros depósitos de hierro se mantengan llenos, evitando de este modo una anemia.
También estos nos aportan vitamina B12 y ácido fólico, imprescindibles en la formación de glóbulos rojos.
Además al ser el hierro de origen animal, nos aseguramos que este será mucho mejor absorbido por nuestro organismo, no quiere decir esto que no existan otras fuentes de este mineral en alimentos de origen vegetal, que si las hay, lo digo por los vegetarianos, sin embargo este tema lo trataremos en próximas entradas.
Volvemos con nuestros mejillones, os cuento una curiosidad, aproximadamente tomar unos 150 g de estos bivalvos, nos aportarían la misma cantidad de hierro que una chuleta de ternera, unos 6 mg.
Debemos también destacar a los mejillones como una excelente fuente de proteína ya que el aporte de este nutriente es muy elevado.
Por otra parte su aporte en grasa es muy bajo con lo que lo hace un gran aliado en el caso de que deseemos regular nuestro peso corporal.
Destacan también en el mejillón nutrientes como el selenio, importante este mineral para la salud de nuestro pelo y uñas.
El calcio, es otro mineral que abunda en este marisco.
Como podemos observar es un excelente alimento que debemos tener muy presente en nuestra alimentación por su estupendo perfil nutricional.
¿Cómo debemos cocinarlo ?
Se trata de un marisco muy sabroso, por tanto por si solo, ya se crea un gran plato, sin embargo resulta muy versátil como ingrediente en paellas, mariscadas, calderos…
En España, es en la zona de Galicia, la mayor productora incluso a nivel mundial, teniendo incluso denominación de origen protegida.
Existe, en Valencia, un tipo de mejillón típico de esta zona, las clóchinas, de menor tamaño que el mejillón gallego pero muy sabroso, con un intenso color anaranjado, su alimentación con aguas del mediterráneo lo hace especial.
El único inconveniente de este mejillón valenciano, es su escasez y temporalidad, solo lo encontramos desde finales de abril hasta los primeros días de septiembre.
Una característica que también favorece el consumo de mejillones, es su precio, pues en general estos no resultan muy caros.
Los podemos consumir de múltiples formas con salsa, en paté y la más tradicional, simplemente hervidos y con un buen chorro de limón, este cítrico provoca que debido a su vitamina C, el hierro de los mejillones todavía se absorba con más eficiencia.
Debemos tener en cuenta que a la hora de comprarlos, estos deben estar vivos, y su cáscara cerrada.
Si los preparamos en casa es conveniente lavarlos y los hilos que sobresalen mejor cortarlos que tirar de ellos porque estropearía la carne de estos. No es estrictamente necesario eliminar de su cáscara las adherencias ya que cuando los cocemos estas aumentan el gusto a mar.
De modo que ahora solo os queda salir a buscar unos mejillones y prepararte un delicioso y saludable aperitivo sin tener que contar calorías.
Pequeña aclaración respecto al libro que os regalaba con motivo del primer aniversario del blog, a pesar de que muchos seguís el blog a través de WordPress, no tengo vuestro correo electrónico y no puedo enviaros el libro “Recetas Saludables”, el único modo de hacerlo es que me enviéis un correo vosotros pidiéndolo a través de la página de contacto del blog, disculpad por las molestias.