Lo de ponerlos sobre papel de periódico es postureo
Lo primero que he de decir es que la receta no es del todo mía. Los vi en la web de JaviRecetas y como no los había hecho nunca, pues me entró la curiosidad. También he de decir que soy un enamorado de este acompañamiento/entrante. Me gustan casi más que unas buenas patatas. Hasta aquí todo correcto.
Pues bien, SON LA LECHE EN BOTE, crujientes, bien sazonados, saladitos, se hacen en un momento y tienen una dificultad mínima. Pero tras la primera tanda, me dí cuenta de un secretillo para que queden mejor. Ahora os lo cuento. Al turróooooon:
DIFICULTAD:
Estos aros son como la "O" que se hace con un canuto. -Nunca llegué a entender bien esta frase... Pero es que tampoco soy muy listo...-
INGREDIENTES:
Una cebolla "hermosota".
Una taza de harina.
Un huevo.
Una taza de leche.
Pan rallado
Pimienta negra y sal
Aceite para freir los aros de cebolla.
Levadura tipo Royal. (Aunque estaba en la receta original, a mí se me pasó, no se la puse y me salieron igual de buenos.) -Ya os dije que no era muy listo-PREPARACIÓN:
Son bien sencillos. Lo primero que vamos a hacer es cortar la cebolla en rodajas de un dedo de grosor -Un dedo de ancho, no un dedo de largo. No nos perdamos ya, que aún es pronto-. Por supuesto pelándola antes, no me seas melón. Pártelas de tal forma que creer aros, no lo hagas al contrario o te quedarán unos bastones de cebolla muy crujientes. Separa los aros con ayuda de las manos y asegúrate que no quedan dos aros unidos.
Pon la harina en un bol con un poco de sal y pimienta negra. (Se supone que la levadura se pone ahora). Mete los aros y embadúrnalos bien con ayuda de las manos y sácalos a un plato.
Ahora prepara un plato hondo con pan rallado. Mezcla la leche con el huevo, bátelo y échalo al cuenco de la harina. Bate bien todo el mejunje como si se tratase de una tempura.
Prepara la sartén con aceite o la freidora. (Miedo me da imaginarme una freidora en un piso de estudiantes) y ponlo a calentar.
Mete los aros, que teníamos ya enharinados, en la masa que hemos preparado y escúrrelo bien. Pásalos luego por pan rallado y no lo manosees mucho. Hazlo así con todos los aros. Ahí está el truco. Escúrrelos bien antes de pasarlos por el pan rallado o te quedarán pelotas de engrudo y pan. Hombre, se pueden comer, pero no son bonitos.
Y fríe a alegre temperatura aunque no muy muy alta para que se doren pero que no quede la cebolla cruda del todo.
Cuando estén fritos y dorados, sécalos en un papel de cocina para quitar el exceso de aceite, ponles un poco más de sal por encima y a disfrutar.
IM-PRE-SIO-NAN-TES. Quedan muy muy crujientes, con la cebolla cocinada pero con mordida, y perfectos para acompañar con una buena cerveza fresquita. Es mejor que los comas cuando aún estén calientes, pero vamos, que no creo que duren mucho por ahí sueltos.
Probad a hacerlos y me contáis, que seguro que os van a gustar. Y como siempre...
A cocinar, filibusteros, que el mundo se va a acabar