Además de estar buenísimo tiene la gran ventaja de no necesitar peso. Por eso mismo es la receta ideal para que los niños debuten en la cocina.
Éste bizcocho en concreto lo ha hecho mi hija, y le ha quedado estupendo. No me negaréis que se ve esponjoso, ¿verdad?
Por si acaso todavía queda alguien que no conozca la receta os la pongo para que los nenes os ayuden (o la hagan ellos solos).
Como ya os digo es estupenda para que la hagan los menores de la casa ya que todas las medidas tienen como base el vasito de yogur, y no requiere más fuego que el del horno (cuando veo a los niños en los programas de cocina jugando tan alegremente con fuego y cuchillos no puedo evitar preocuparme).
BIZCOCHO DE YOGUR, RECETANecesitamos:
- 3 huevos
- 1 yogur de limón
- 1 medida de yogur de aceite de oliva virgen extra
- 2 medidas de yogur de azucar
- 3 medidas de yogur de harina
- 1 sobre de levadura tipo Royal
- esencia de limón
- azucar glass según gustos
- mantequilla y harina para untar el molde
Batimos los huevos junto con el azúcar.
Añadimos el yogur de limón y seguimos batiendo.
Añadimos el aceite de oliva y la esencia de limón (con generosidad ya que da un aroma estupendo).
Mezclamos con la harina y la levadura previamente tamizadas y seguimos batiendo con las varillas manuales (cuanto más batamos más esponjoso será el yogur).
Untamos un molde de horno con mantequilla y espolvoreamos harina para impedir que se pegue el bizcocho.
Vertemos la masa en el molde (con la receta da para un bizcocho de tamaño medio, para un molde de unos 20-22 cm).
Introducimos el molde en el horno precalentado a 180º. Dejamos unos 30-40 minutos (es conveniente poner un poco de papel de plata o papel de horno sobre el molde si vemos que se dora demasiado para evitar que se tueste excesivamente).
Sacamos y desmoldamos.
La receta original utiliza azúcar glass para espolvorear sobre el bizcocho antes de servirlo, aunque normalmente nosotros no lo utilizamos (ya es suficientemente dulce).
Como os digo, queda un bizcocho estupendo para desayunar el fin de semana.
Admite distintas variantes (fruta troceada, pepitas de chocolate,...) pero así, sin más, es riquísimo. Y lo que es más importante, los niños disfrutan haciéndolo.
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