Esperemos que este año mejore la situación general y nos traiga cosas buenas.
Aunque no suelo hablar de nada privado, el año pasado ha sido muy duro para mis hijos y para mi, pues nos ha faltado el pilar principal y lo hemos echado mucho de menos en el día a día y en especial en las fiestas familiares. Aunque siempre intento sacar una sonrisa, como se dice... la procesión va por dentro y creedme que es larga.
Pero la vida sigue y hay que afrontarla, coger la sartén por el mango y agarrarla con fuerza para dominarla.
En este último día de las fiestas navideñas, os voy a dejar un bizcocho tradicional, de esos que se hacen en todos los hogares y que la receta es archiconocida, el clásico bizcocho de yogur, pero algo diferente. Primero por que lo he hecho en dos moldes, segundo porque uno de esos moldes es un poquito especial y tercero, porque además a este especial le he añadido sabores navideños y lo he terminado diferente.
Ingredientes:
1 yogur (natural o de limón)
3 huevos
Usaremos el yogur como medida:
?1 de aceite de oliva virgen extra (AOVE, suave)
2 de azúcar
3 de harina común
una pizca de sal
1 sobre de levadura
ralladura de 1 limón
Azúcar glass para espolvorear.
Para el de forma de árbol necesitaremos, además:
ralladura de media naranja
una puntita de: canela, jengibre y cardamomo. (molidos)
Para decorar el árbol con glasa:
1 clara de huevo
200 g.de azúcar glass
chorrito de zumo de limón
colorantes en gel verde y azul
Opcional: Colorante en polvo perlado-plata
Comenzamos batiendo los huevos, hasta que queden espumosos.
Añadimos el yogur, las 2 medidas de azúcar y batimos hasta que blanqueen. A continuación, el aceite, la ralladura del limón y la sal. Batimos bien.
Añadimos las 3 medidas de harina, tamizada. La vamos incorporando con una espátula, lo justo para que se integre.
Ponemos el horno a precalentar, a máxima potencia.
Preparé dos moldes medianos: uno en forma de aro y el otro de árbol navideño, de silicona, que me han regalado.
Yo los suelo rociar con spray desmoldante, que me da muy buen resultado.
Relleno el molde redondo con la mezcla preparada.
A continuación, a la mezcla sobrante le añado la ralladura de media naranja y las especias. Mezclo suavemente y relleno el molde de árbol.
Como veis por las fotos, los dos moldes caben perfectamente en la bandeja del horno y por sus medidas la mezcla que hacemos, de la que sale un bizcocho grande, puede servirnos para dos diferentes usando la misma base.
Yo he hecho otros con pizquitos de chocolate, con frutitas, etc. Siempre que se puedan usar dos o mas moldes en la misma bandeja, podremos hacer diferentes preparaciones.
Los introducimos en el horno a media altura, cerramos, dejamos 3 minutos como estaba, al máximo, para que recupere calor y programamos 30 min. a 180º. Si tenéis horno a convección ponedlo solo con aire.
Pinchad con una brocheta metálica para ver si están hechos. Tened en cuenta que estos moldes son bajitos y necesitan menos tiempo.
Si lo están, apagamos el horno y los sacamos. Dejamos que se enfríen un poco y los ponemos sobre una rejilla para que se enfríen del todo.
El de forma de rosco lo completamos echando azúcar glass por encima a través de un colador pequeño.
El de árbol va a tener mas trabajo:
Como suben un poquito del centro, tendremos que cortar una lámina y eliminar lo mas alto, para que al volverlo tenga buen apoyo.
Como quería decorarlo de forma diferente, decidí hacerlo con glasa, que dicho sea de paso apenas he trabajado con ella.
Ponemos en un bol la clara con el chorrito de limón y con varillas la ponemos a punto de nieve. Vamos incorporando el azúcar poco a poco hasta que quede muy firme.
Separamos en varios recipientes la cantidad que vamos a necesitar para cada uno de los colores.
Yo dejé la mitad en blanco y a la otra mitad le puse gel verde. Del blanco saqué una poca para poner el azul.
Comencé cubriendo con una espátula todo el bizcocho de verde, en los laterales puse poco.
Lo dejé que se endureciera y con un pincel grande puse glasa blanca en los lados y en las puntas.
Después con un pincel finito pinté de azul las estrellitas que lleva del molde.
No usé manga y boquilla porque mi idea era que tuviera un aspecto ligero, con una fina capa en la que se fundieran el verde y el blanco.
No me quedó muy a mi gusto, porque fui impaciente y no dejé que se secara del todo una capa, antes de agregar la otra.
Por último, puse los polvere perlata con mucho cuidado por toda la superficie, soplando suavemente y en plano donde se acumulaban mas, para que se esparcieran y darle ese aspecto de brillo nacarado que yo buscaba.
Seguro que se puede mejorar mucho, pero ya tenéis la idea para hacerlo a vuestro gusto y con las formas que prefiráis.