El dulce de hoy es el hermano casi gemelo del brownie aunque se diferencia de este en que ha perdido un poco de color por el camino. Crujiente por fuera y blandito y jugoso por dentro, mmmm ¡Se me hace la boca agua!
Hace relativamente poco que conozco el blondie pero cuando lo probé me gustó mucho así que lo incorporé inmediatamente al recetario. Además tanto en su versión morena como en esta, los brownies son tan fáciles y rápidos de hacer, que no existe la excusa de que da pereza.
En este caso lleva nueces pecanas, que no son obligatorias pero que le dan un toque especial.
Si no lo conocíais, encended el horno y probadlo. Ya nos contaréis qué os parece.
Si sois de mejor bueno conocido, aquí tenéis nuestra receta de brownie clásico, que es una delicia.
¿Qué necesito?
200 gr de mantequilla (a temperatura ambiente)
300 gr de azúcar moreno
2 huevos
300 gr de harina
1 cucharadita de bicarbonato
50 gr de pepitas de chocolate
12 nueces pecanas (más o menos)
¿Cómo lo hago?
Precalentamos el horno a 180º.
En un bol batimos, con la ayuda de una batidora de varillas, la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una textura esponjosa. En un segundo momento añadimos los huevos, uno a uno. No echamos el siguiente hasta que el primero no esté bien incorporado.
Por último ponemos la harina tamizada junto con el bicarbonato y mezclamos todo bien hasta obtener una masa bastante compacta.
Incorporamos las pepitas de chocolate y revolvemos.
Cubrimos el interior de un molde con papel de aluminio y vertemos la masa dentro aplanando la superficie con la ayuda de una espátula. Colocamos las nueces encima.
Horneamos durante 30 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo en el centro, este salga limpio.
Una vez fuera del horno, esperamos a que esté templado y retiramos el papel de aluminio.
Dejamos enfriar completamente y lo cortamos en cuadraditos.
¿Qué más necesito saber?
Nosotros hemos puesto pepitas de chocolate pero unas pasas o cualquier fruto seco quedarán buenísimos también.