Vengo a deleitaros con una de esas recetas que estuve preparando a diario durante 5 años y que está tan, pero tan estudiada, que es imposible que os salga mal.
Todavía recuerdo en uno de los cursos presenciales que hice, como una de las alumnas me dijo que no le gustaba el limón. Yo casi le obligué a probarlo, porque dios mío, ¿¿a quién no le gusta el limón?? La verdad es que la pobre chica lo probó casi por obligación, pero os tengo que decir que en ese momento cambió de opinión nada más el brownie rozó sus labios.
Yo, también os tengo que confesar, que hasta hace bien poco, tampoco me gustaba el limón demasiado. Quiero decir, que era fan declarada y absoluta del chocolate (que lo sigo siendo). Pero de un tiempo a esta parte, dame limón y dime tonta, literal. De ahí que las dos últimas (o tres) recetas hayan sido con limón, y la cosa no acaba ahí.
Lo importante de este brownie, como en todas las recetas (a no ser que se indique lo contrario) es que la mantequilla esté a temperatura ambiente. Así resulta mucho más fácil que se integren todos los ingredientes y nos quede una masa estupenda.
Podéis añadir a la masa unas frambuesas frescas, arándanos o moras, que le van genial. Eso sí, nunca, nunca de los jamases os olvidéis de ponerle el glaseado. Es totalmente imprescindible en la receta. Porque el brownie en sí ya está para ponerle un piso, pero lo que le da el toque final ácido, alimonado, para rechuperretearte los dedos, es sin duda el glaseado.
Brownie de limón
Para un molde de 22,5x32,5 cm
Para la masa
200 gramos de mantequilla sin sal
330 gramos de azúcar blanco
200 gramos de harina de trigo
El zumo y la ralladura de un limón
6 huevos M
Para el glaseado
150 gramos de azúcar glass
El zumo y la ralladura de un limón
Ponemos la mantequilla en un bol y batimos durante unos 5 minutos, hasta que se aclare y esté cremosa. Agregamos el azúcar y batimos hasta que se integre. Añadimos la harina tamizada y mezclamos bien.
Echamos el zumo y la ralladura de limón. Sin dejar de batir, agregamos los huevos, uno a uno. Si es necesario, paramos de batir y bajamos la masa de los bordes para que se integre perfectamente.
Pasamos la masa al molde, que tendremos engrasado y forrado con papel vegetal. Horneamos durante unos 20 minutos a 180ºC, pincharemos antes de sacar del horno para asegurarnos que está perfectamente horneado. Yo como ya tengo el ojo echo a este brownie, lo dejo justo los 20 minutos porque ya me lo conozco, pero es justo cuando se está dorando ligeramente la superficie.
Retiramos del horno y dejamos sobre una rejilla durante unos 10 minutos, para que se temple ligeramente. Mientras tanto preparamos el glaseado, que no tiene más misterio que mezclar el azúcar glass tamizado y el zumo y la ralladura de limón (si tenéis peques este paso les encanta).
Ponemos el glaseado encima del brownie y repartimos bien. Ahora solo queda que se seque el glaseado y se enfríe el brownie por completo. Aunque sin que se seque el glaseado del todo también os lo podéis comer.
Nos vemos pronto
Un beso
Marina