Y es ahora cuando me vienen a la memoria los versos de Juan Ramón Jiménez:
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
Y para combatir este tiempo, o para dejarse llevar por él, lo mejor es sentarnos a ver cómo caen unas gotitas de lluvia en los cristales de la ventana mientras saboreamos una taza de nuestro té favorito acompañado de un generoso trozo de bizcocho.
Tengo que confesar que si me decidí por hacer uno de manzana es por las ganas que me quedaron de hincarle el diente a una (bueno, a varias) de las tartas que mis compañeras Reposteras por Europa prepararon para el reto de Polonia ¿Cómo resistirme?
Y como soy una golosa empedernida (¿no se nota´verdad?) quise bañarlo con caramelo. Manzanas y caramelo ¿a que te recuerda?
Los ingredientes que utilicé para este bundt cake fueron estos:
180 grs. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
230 grs. de azúcar blanca
120 grs. de azúcar moreno
4 huevos grandes
1 cucharadita de extracto de vainilla o vainilla en pasta
1 cucharadita de canela molida
390 grs. de harina simple de trigo
1 cucharadita de levadura en polvo
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/2 cucharadita de sal fina
200 ml. de leche semidesnatada
2 manzanas grandes peladas y cortadas en trozos pequeños
Para preparar el caramelo usaremos:
230 grs. de azúcar
150 ml. de nata (crema de leche) 35% materia grasa
45 grs. de mantequilla sin sal
Preparamos nuestro molde engrasándolo y espolvoreándolo de harina y ponemos a calentar el horno a 180º.
En un bol grande batiremos la mantequilla con el azúcar, preferiblemente (pero no imprescindible) con una batidora de varillas hasta que tengamos una mezcla cremosa y clara.
Añadiremos los huevos, uno a uno, sin dejar de batir, hasta que estén bien integrados.
Incorporamos la vainilla y mezclamos bien.
Aparte tamizaremos la harina con la levadura, el bicarbonato, la sal y la canela y lo añadiremos a la mezcla anterior de tres veces, alternando con la leche (un poco de harina, un poco de leche, otro poco de harina...). Batiremos lo justo para obtener una mezcla homogénea, pero sin pasarnos.
Por último incorporamos las manzanas troceadas y removemos con una cuchara o espátula.
Volvamos la mezcla en el molde que teníamos preparados y horneamos a 180º durante aproximadamente 50-60 minutos (puede tardar un poco más dependiendo del tipo de horno).
Cuando veamos que está listo retiramos del horno y dejamos que enfríe (dentro del molde) hasta que esté tibio. Luego desmoldamos y dejamos sobre una rejilla.
Mientras, preparamos el caramelo poniendo el azúcar en un cazo a fuego medio hasta que veamos que empieza a derretirse y caramelizar. Iremos dando pequeños giros al caldero para arrastrar el azúcar que va quedando en los bordes hacia el centro hasta que veamos que se ha derretido completamente. Ir con cuidado de que no se queme ya que amarga muchísimo.
Cuando veamos que el azúcar ha adquirido un color ámbar oscuro añadimos la mantequilla y batimos vigorosamente hasta que se derrita del todo y retiramos del fuego.
Incorporamos la nata (crema de leche) y seguimos batiendo hasta tener una mezcla uniforme.
Con ayuda de una cuchara bañamos el bizcocho tibio con el caramelo y decoramos, dejando que acabe de enfriarse completamente.
De momento he podido aplacar un poquito mi antojo por una receta con manzanas... A ver lo que me dura jejejejeje
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