Comencé una campaña de acoso y derribo al papá de los cachorritos, pero al final necesité refuerzos de mis typicas. El soborno funcionó y, por fin, el día de la madre, recibí mi ansiado molde.
No pude esperar a estrenarlo y esa misma noche aproveché tres plátanos muy maduros que la abuela de los cachorritos iba a tirar para preparar esta delicia que os traigo hoy.
Por supuesto, el molde ha estado a la altura de mis expectativas. Es bonito como él solo. Únicamente mis cachorritos pueden competir con él, jijiji y ¿desmoldarlo? Si el bizcocho sale sin esfuerzo. Vale, igual fue la suerte de la primeriza, pero junto con la receta os contaré los truquillos que he heredado de mi amiga Amalia, la sobornadora de esta historia, autora del magnífico blog Cuadernos de cocina por el que tenéis que pasaros sí o sí si es que aún no lo conocéis.
La receta es del blog de Vivi, O carón da Lareira. No la quise modificar por miedo. Solamente no añadí las nueces porque, aunque a mí me encantan, la cachorrita pequeña no opina igual y como tiene que llevar merienda al cole y hay una niña alérgica a los frutos secos, prefiero evitar el riesgo. En su lugar, añadí trocitos de chocolate negro.
Así que vamos ya a por la receta del
bundt cake de plátano y choco
75 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
250 gr. de azúcar
2 huevos
275 gr. de harina de todo uso
1 sobre de levadura royal
1 cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de pasta de vainilla
200 ml. de nata (crema de leche) líquida
el zumo de una lima
3 o 4 plátanos muy maduros
2 cucharadas de gotas de chocolate o chocolate negro rallado.
Ponemos la mariposa en My Cook**. Si la mantequilla está fría, programamos 1 minuto, 60º, velocidad 3 para templarla. Si ya la tenemos a temperatura ambiente, nos saltamos este paso.
Incorporamos el azúcar y programamos 10 minutos, velocidad 5, sin temperatura. Cuando el azúcar esté bien integrado con la mantequilla, vamos añadiendo los huevos uno a uno y, tras los huevos, la nata (crema de leche), la sal, la levadura, el bicarbonato y el zumo de lima.
Por último añadiremos la harina.
Incorporamos las gotas de chocolate, pero ya las mezclamos con una espátula, no con la máquina.
Engrasamos bien el molde de bundt cake, ayudándonos de una brocha de silicona y asegurándonos de llegar bien a todos los rincones.
Podéis usar aceite o mantequilla derretida para engrasar.
Llenamos el molde con la mezcla que tenemos lista. Los moldes de bundt deben llenarse vertiendo la masa por el mismo sitio y dejando que sea ella quien se reparta por todo el molde. Una vez lleno, ponemos un paño de cocina sobre la encimera y golpeamos el molde un par de veces sobre el paño (el paño es para proteger el molde y que no se ralle, que es nuevo y tenemos que mimarlo).
De esta manera conseguiremos que si hubiera quedado alguna burbuja de aire, esta suba a la superficie.
Horneamos a 170º (calor arriba y abajo sin aire) durante 55-60 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
Los bundt cakes han de horenarse sobre una rejilla, no sobre la bandeja de horno. ¿El motivo?: la rejilla permite que el aire circule por la chimenea del molde y así este se hornea de forma homogénea. Si usamos una bandeja, anulamos la chimenea y el molde de bundt pierde una de sus principales ventajas que es permitir que el bizcocho se haga a la vez por todas las partes.
Cuando el bizcocho esté bien cocido, lo sacamos del horno y lo dejamos reposar 10 minutos sobre una rejilla para que se temple y poder desmoldarlo con facilidad.
En teoría, han de ser 10 minutos exactos... Yo es que soy muy escéptica con estas cosas: 10 minutos en invierno pueden conseguir, que el bizcocho se enfríe ligeramente. 10 minutos en verano en una cocina como la mía, que recibe el calor solar... pues igual consigue que el bizcocho se siga cociendo... Así que lo mejor es usar un poco el sentido común y desmoldar cuando el bizcocho esté templado. En caliente, se rompería y totalmente frío correríamos el riesgo de que se hubiera quedado pegado al molde.
Por cierto, un consejo de Amalia por si esto llega a ocurrir: te fastidias (ella no fue tan fina, ja ja ja) y te comes el bundt con una cucharita de silicona para no rallar el interior del molde.
Una vez desmoldado, dejamos enfríar el bizcocho antes de espolvoerearlo con azúcar glass y, ¡a merendar!
**Si no tienes My Cook ni robot similar, puedes hacer todos estos pasos con una batidora de brazo tradicional. Te costará un poco más, pero es perfectamente viable. Sigue el mismo orden para incorporar los ingredientes y ve incorporando el siguiente solo cuando el anterior esté perfectamente integrado.
Desde luego, se trata de un bizcocho súper jugoso y altamente recomendable, pero solo si os gusta el plátano porque tiene un sabor muy intenso a esta fruta, ¡en casa nos ha encantado!
¡Ya me están entrando ganas de volver a usar mi súper molde de bundt!
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