En fin…una tradición para cogerla con “pinzas” en los tiempos que corren jajajaja
Pero vayamos al meollo de la cuestión y con cuidado aquellos que tenéis problemas con las subidas de azúcar.
Ingredientes
250 ml. agua
1 corteza de limón
Una pizca de sal
30 g. mantequilla
4 huevos
150 g. harina
Aceite de girasol o de oliva suave
Azúcar
Canela
Elaboración
Poner una olla en el fuego con el agua, la piel de limón, la mantequilla y una pizca de sal. Removemos unos 3 minutos antes de que hierva el agua.
Seguidamente retiramos la corteza de limón y añadimos la harina mezclando con una cuchara de madera 2 o 3 minutos hasta que quede una pasta fina y compacta. Lo apartamos del fuego y dejamos templar 5 minutos.
Pasado este tiempo, incorporamos los huevos uno a uno para conseguir la textura deseada, que no quede demasiado líquida ya que depende del tamaño de los huevos (entre tres y cinco). Tiene que ser una masa que al cogerla con la cuchara cuesta desprenderse y cae en forma de corbata. Cada vez que añadimos un huevo se tiene que mezclar bien hasta que desaparezca, que quede la masa homogénea. Esto nos llevará unos 15 minutos.
En una freidora o sartén profunda, calentamos el aceite a unos 160 grados y vamos echando cucharaditas de masa. Caerán en el fondo y ellos mismos suben a la superfície, se hinchan y se van girando. Si el aceite está demasiado caliente los buñuelos se dorarán muy rápido sin dar tiempo a que se hagan por dentro y si está demasiado suave se empaparán de aceite en exceso.
Cuando estén dorados los colocamos sobre papel absorbente y posteriormente los rebozamos en una mezcla de azúcar y canela.
Preguntas, sugerencias….? Deja tu comentario
Mientras tanto….a disfrutarlos
.