!Hola a tod@s!! Habéis visto que preciosidad os traigo? Es una calabaza taaaan bonita, que da hasta pena partirla. Esta calabaza viene de un magnífico regalo que me hizo mi querida amiga Blanca del blog Menjar a cala Blanca. Blanca trajo de un viaje a Francia unas semillas de calabaza, unas Patisson, naranjas y dulces (ya os enseñaré recetas con ella) y otra de esta calabaza, llamada Flor, obvio el porqué, o de Peter Pan, supongo porque parece una calabaza de cuento. Las semillas las sembramos en nuestro pequeño huerto, y las Patisson se han criado súper bien, de hecho hemos tenido para dar y regalar. En cambio, estas calabazas flor nos ha costado más. Salían, pero cuando estaban pequeñitas se ennegrecían, que penita me daba. Hemos conseguido dos calabazas de tamaño adecuado para rellenar, y algunas más pequeñas, del tamaño de un puño cerrado, que no crecían más, pero que las hemos usado crudas en ensalada y han sido un acierto, porque están tiernas y tienen un sabor muy delicado que nos encantó.
Las grandes, como he dicho, las rellené con carne de pollo, ya que tiene un sabor más delicado que otras carnes y no quería enmascarar el de la calabaza, que es muy suave también.
Perdonar las fotos, las hago con el móvil y sin darme cuenta se activó la etiqueta y ya era tarde para hacer nuevas, nos comimos la calabaza jajaja.
INGREDIENTES:
- Una calabaza Flor
- Una pechuga de pollo
- 1/2 cebolla
- Cúrcuma
- Pimienta.
- Sal
- Queso rallado (opcional)
- Aceite de Oliva Virgen Extra
ELABORACIÓN:
Lo primero que tenemos que hacer es vaciar la calabaza. Para ello le quitamos la parte de arriba, el copete vamos, y con una cuchara la vamos vaciando. Separamos la parte de las semillas (las guardamos para más simiente), y con una cuchara vaciamos el resto, guardando la pulpa.
En una sartén con un poco de aceite, pochamos la cebolla cortada lo más finamente que podamos. Cuando esté pochada, echamos la pechuga de pollo picada (si no podemos nosotros, le pedimos al carnicero que lo haga). Echamos Sal, pimienta y cúrcuma según gustos, y dejamos hasta que la carne esté medio hecha. Incorporamos ahora la pulpa de la calabaza picada y dejamos que se haga a fuego medio, hasta que se haya evaporado el agua que contiene.
Con la mezcla anterior, rellenamos la calabaza, ponemos encima un poco de queso rallado y gratinamos en el horno hasta que veas el queso fundido.
Aquí debajo podéis ver parte de nuestra cosecha, me encanta!!
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO!! UN BESO!!
Fuente: este post proviene de Tartis y Más, donde puedes consultar el contenido original.
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