Recuerdo cuando era pequeña y subía a la panadería del pueblo a buscarlas, que maravilla de desayuno! Lo que más me sorprendía cuando era pequeña e iba a la panadería del pueblo era que pagaba con "cartoncitos", que ingenuos somos de pequños, que me decían en casa que ese era el dinero de la panadería y yo me lo creía, jaja!! Aunque tampoco era mentira del todo, ya que para tener esos "cartoncitos" había que pagar antes (cosa que yo no sabía a los 9 años) y realmente era el dinero de la panadería ¿no?
Bueno, os dejo la receta, yo me he transportado a mi infancia, a esa cocina en la que nunca faltaban los chorizos y morcillas colgados de una cuerda ni las capuchinas en el desayuno.
Gracias a la Asociación de Mujeres Virgen del Rosario por este maravilloso libro.
Ingredientes:
400 gr. de Manteca
500 gr. de Azúcar
500 gr. de Harina
1 Sobre de levadura
9 Huevos
La ralladura de un limón
Azúcar glass
En un recipiente ponemos la manteca sin derretir y la trabajamos con una espátula, hasta que quede una masa cremosa y homogénea.
Añadimos los huevos y los batimos junto con la manteca (yo lo he hecho con la batidora de varillas a mínima velocidad).
Añadimos ahora el azúcar y la ralladura de limón, mezclamos bien.
Precalentamos el horno a 170º (sólo por abajo)
Finalmente añadimos la harina junto con la levadura y mezclamos muy bien.
Ponemos en un molde, llenándolo hasta la mitad y horneamos entre 45 y 60 minutos (según horno)
Dejamos enfriar, espolvoreamos con azúcar glass y cortamos en porciones cuadradas. Así es como te lo dan allí en la panadería.
Con estas cantidades salen 24 porciones, así que os recomiendo que hagais menos o bien repartáis con la familia que es lo que hice yo.