La receta de hoy no es sencilla... es cosa de niños.
La preparé la otra noche en un periquete, y en otro periquete estaban listos para tomar. Recién hechos están superbuenos, pero es que al día siguiente, sí es que os queda alguno, siguen estando igual de buenos.
Como los cargué bastante de jamón y queso, mis hijas se tomaron dos cada una y no pudieron tomar nada más. Los que sobraron los deje envueltos en papel albal y se los llevaron al día siguiente al cole y, por lo que me han contado, fueron todo un éxito.
Las fotos no están muy bien porque, como os he dicho los hice de noche y los que sobraron volaron a la mañana siguiente en el desayuno.
Os animo a que los hagáis porque lo tienen todo, ricos, fáciles y baratos.
La masa la compro en Lidl, esta en la sección de refrigerados, junto a la masa de hojaldre. Si queréis ver la receta de croissant que hice el otro día pincha aquí
Ingredientes:
1 paquete de masa preparada para croissants
Jamón york en lonchas finas
Queso en lonchas
Preparación:
No tiene ninguna ciencia, os lo aseguro. Abrir el paquete de los croisants siguiendo las instrucciones del envase.
Dejar la masa tal cual, estirada, sin cortar ni nada.
Poner encima una capa de jamón york y otra de queso en lonchas. Enrollar y cortar trozos de unos 2 cms.
Colocar en la bandeja del horno, encima de papel de hornear, deben estar separados unos de otros para que no se peguen durante el horneado.
Introducir en el horno precalentado a 180º, calor arriba y abajo, en la zona central. Hornear durante unos 15 minutos, hasta que se doren.
Sacar y dejar que enfríen sobre una rejilla.
A mi me salieron 10 caracolas.
Nos vemos el domingo, con la receta de Desfío en la cocina de este mes, no os lo podéis perder porque estoy segura de que os va a encantar.