Para Marisol Rojas (una malagueña que vive lejos, muy lejos de su tierra), en agradecimiento por emocionarme con sus palabras, con sus comentarios en “Mi cocina” virtual, que con su permiso transcribo a continuación:
"Ayyyyyy Carmennnnn si vieras lo que me paso el viernes. Me metí en tu blog y casi termino llorando, que de menos hecho a mi Málaga!!!!!!!! Entre tus comidas y las pinturas de tu suegro madre mía que nostalgia me entró. A partir de ahora decidí que al menos dos día a la semana tengo que cocinar algo de tu blog aunque sea “pá” sentirme mas cerquitaaaaaaa. Un beso desde California y mil gracias por todo lo que compartes y gracias a tu suegro por esas bellezas que pinta que se clavan en el alma"
"Carmen lo prometido el Viernes me di un “paseíto” por aquí. Yo vivo en California y mi esposo es Mexicano tenemos tres hijos. Mi cocina es entre mexicana y americana. Cuando andaba cotilleando tu recetas me dio la nostalgia y me encontré con mis ojos llenos de lagrimas al recordarme sentada en la cocina de mi madre cuando chica con ese olor a puchero, a albóndigas en salsa de almendra. Que recuerdos madre mía. Me di cuenta de lo importante que es un olor, unas imágenes como las que pinta tu suegro. Por eso decidí sacar la foto de mi Cautivo de mi Virgen del Carmen, mi biznaga de jazmines y como también decidí hacer más comidas de mi Málaga para que mis hijos recuerden de donde viene su madre. Esto te lo debo a ti Carmen no dejes de compartir tus recetas ni esas imágenes porque de verdad que se clavan en el alma. Un abrazo".
Cierra los ojos Marisol, cierra los ojos y te llegará el olor a jazmines de las noches de verano, oirás vocear al biznaguero al mismo tiempo, verás en tu interior esa flor blanca, pequeña pero grande a la vez unas al lado de otras, hincadas las biznagas en una penca, te sentirás pasear por Calle Larios; olerás a romero un Viernes Santo y escucharás los tambores detrás de La Esperanza, olerás a velas portadas por los penitentes detrás del Cautivo por el puente de La Aurora; olerás el tomillo de los Montes, la hierbabuena en el blanco puchero malagueño.
Cierra los ojos y pasea por el rebalaje, escucha el vaivén de las olas y huele el salitre, siente el sol malagueño y aspira el aroma de los espetos de sardinas, del “pescaito” frito y de la ensaladilla de pimientos “asaos”.
Cierra los ojos y sueña, huele a azahar de los naranjos del Parque….escucha como vuelan las palomas hasta la Torre de “La Manquita”, nuestra catedral.
Cierra los ojos y oye la música: unas malagueñas, unos verdiales, escucha como suenan los acordes de nuestra Málaga…., pero no cierre los ojos, puedes verla cada día, en tus hijos, en tus recuerdos, en tu corazón y en “Mi cocina”, una pequeña ventana abierta al mundo y que así ha llegado a ser “Tu cocina”: la cocina malagueña.
Espero y deseo que la sigas disfrutando……como espero puedas disfrutar de éste plato, tan marengo.
¿Cómo lo hice?
Ingredientes: Una jibia (también se puede preparar con calamar), una cebolla, un pimiento, dos o tres dientes de ajo, un vaso de vino blanco, un vaso de agua, dos patatas medianas, un cucharón de aceite de oliva virgen, 6 granos de pimienta negra, doce langostinos pelados y sal.
Para prepararlo:
Trocear la jibia (o pedirle al pescadero que la prepare).
En una cacerola echar un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra (hoy de Periana, en honor a su patrono San Isidro Labrador, el aceite de Periana (malagueño) uno de los mejores del mundo).
A fuego lento pochar dos o tres dientes de ajo, un pimiento verde y una cebolla medianita muy picados con cuidado de que no se llegue a quemar; pasados unos minutos agregar los trozos de jibia y morearla unos minutos.
Añadir un vaso de vino blanco (uso Montilla-Moriles), un vaso de agua y unos cuantos granos de pimienta negra; llevarlo a ebullición y dejar cocer unos 15 minutos aproximadamente.
Cortar dos o tres patatas en cascos y añadir a la cazuela al mismo tiempo que los langostinos pelados; dejar cocer otros quince minutos más, si es necesario ir añadiendo agua a fin de que no se quede sin caldo; comprobar pinchando un trozo de jibia para saber que está tierna. Probar de sal.
Dejar reposar y servir caliente.
Muchas gracias Marisol por seguirme y gracias también a todas aquellas personas que amablemente dedican su tiempo en visitar “Mi cocina”, gracias por tener la paciencia de leer mis recetas e historias y sobre todo a quienes tienen el bonito detalle de escribirme unas palabras.
Realmente es el premio a éste humilde labor que casi cada día realizo desde hace poco más de tres años, compartiendo lo que se cuece en mis fogones a través de ésta maravillosa ventana de internet.
¡¡ Disfruten de ésta vista de Málaga, desde el Monte Gibralfaro, pintada al óleo por mi suegro !!