Este es uno de los platos más tradicionales malagueños que constituyen una de las tapas más típicas de los bares de la provincia. Incluso hay quien no lo prepara en casa y prefiere degustarlo junto con una caña fresquita en cualquiera de los múltiples bares que lo cocinan de una manera exquisita.
El truco de este plato no es otro que cocinar a fuego lento y durante aproximadamente una hora la jibia para que quede muy tierna y se deshaga en la boca.
Si os gusta, se le pueden añadir unas patatas casqueadas cuando la jibia esté a mitad de cocción para hacer la cazuela aún más completa si cabe.
Ingredientes:
1 jibia hermosa
2 rebanadas de pan cateto "asentao"
Un puñado de almendras
3 dientes de ajo
1 cebolleta o cebolla
un vaso de tomate triturado
un vaso de vino blanco
caldo de pescado
2 hojas de laurel
pimentón dulce
azafrán
1 carterita de colorante alimentario
200 gr de chícharos (guisantes)
Pimienta negra molida
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Comenzamos limpiando bien la jibia. La troceamos y reservamos.
En una sartén con aceite de oliva freímos las rebanadas de pan junto con los ajos y las almendras. Las apartamos y hacemos el "majaíllo".
En una cacerola amplia ponemos a pochar la cebolleta finamente picada con un pellizco de sal y aceite de oliva. Cuando esté transparente le añadimos el tomate triturado. Esperamos unos minutos a que se haga y unimos al conjunto la jibia.
Una vez rehogada un poco la jibia podemos agregarle la cucharadita de pimentón dulce, el laurel y el vino blanco. Dejamos unos minutos para que se evapore el vino.
En este momento cubrimos con el caldo de pescado y añadimos el azafrán, el colorante y el "majaíllo". Dejamos hervir a fuego medio-suave durante 50 minutos moviendo de vez en cuando.
Justo al final le agregamos los guisantes y dejamos unos 10 minutos en el fuego hasta que queden tiernos.
Servimos nuestra cazuela calentita y acompañada de una buena barra de pan para poder disfrutarla!