Cocinar en un mundo de prisas, donde las tecnologías acaparan buena parte de nuestro, tiempo es complicado, la facilidad de encontrar comidas preparadas ayudan a aquellas personas que suelen decir “no tengo tiempo para cocinar”, aunque el hacerlo sea una actividad sumamente placentera, en muchas ocasiones no es nada complicado, no necesariamente se necesita mucho tiempo ya que todo es cuestión de organizarse y ante todo es mucho más barato y sano que los platos precocinados que cada día tienen más adeptos en las grandes superficies. Es cuestión de prioridades.
De hecho, poco a poco mucha cocina tradicional se va perdiendo, pero igual que mi generación recordamos con cariño los platos preparados a fuego lento, con paciencia y con productos naturales, por nuestras madres; esos pucheros, los potajes, las recetas, las croquetas, etc. yo espero y deseo que nuestros hijos, la juventud de hoy en día tengan el recuerdo de las comidas de antaño
Animo a dedicarles un poquito de tiempo, a hacer croquetas en casa, tener siempre congeladas a mano, pero caseras.
Cuando me pongo manos a la masa, yo misma me digo: “Ya estoy croqueteando” y no es que sea Doña Croqueta, famoso personaje de principios de los ochenta “Doña Cocleta” que hizo famoso Simón Cabido, con su acento “inglés” y su famosa y floreada indumentaria, ni por supuesto Goya (Beatriz Carvajal), personaje de “La que se avecina” que su especialidad en la cocina es hacer croquetas, pero sí he de reconocer que no pueden faltar en “Mi cocina” y que he llegado a adquirir con la practica, especializarme en la técnica culinaria de “croquetear”.
En ésta ocasión las hice de jibias.
¿Cómo las preparé?
En una cacerolita con agua poner a cocer los trozos de jibia (en ésta ocasión las hice con las aletas y las patasm una buena forma de aprovechar la parte más dura del animal y que no uso cuando las troceo para la plancha, la jibia en salsa, o los trozos fritos), salándola al gusto.
Llevar a ebullición, espumerear y dejar unos quince o veinte minutos, o hasta que esté blandita.
Picar en trozos muy pequeñitos una cebolleta (cebolla fresca) y reservar.
Sacar la jibia, reservando el caldo y picarla en la picadora.
Poner en una sartén un chorreón de aceite de oliva virgen y pochar a fuego lento la cebolla sin que se llegue a quemar.
Añadir la jibia, una cucharada pequeña de nuez moscada y mezclar bien con la cebolla y agregar harina dejándola tostar sin parar de remover durante dos minutos.
Echar un vaso del caldo de cocer la jibia y dos vasos de leche, mezclando bien todo el conjunto, removiendo con una espátula de madera hasta que la masa no se pegue en las paredes de la sartén.
Dejar que enfríe y repose la masa (dos o tres horas) a temperatura ambiente.
Darle forma a las croquetas, pasarlas por huevo batido y posteriormente por pan rallado.
Freir en abundante aceite muy caliente ( así se formará una capa dorada, fina e impermeable de tal manera que no puede entrar aceite en su interior, pero quedarán crujientes y doradas exteriormente, por lo que aconsejo freidora).
¡¡ Buen provecho !! Ya saben: manos a la masa y disfruten de la cocina.