Esta receta es de lo más simple, pero queda la mar de resultona como acompañamiento de carnes o en tostas con queso.
Ummm con queso, me encanta la combinación porque el dulzor de la cebolla combina perfectamente con cualquier queso. Probadlo y me decís.
Bueno, sigo, lo mejor de esta receta es que es muy sencilla, se hace en media hora y luego la guardamos en un bote hermético y nos puede durar en la nevera varios días, aunque a mi estas cosas me duran poco, me pongo a picar y acabo con ella en un rato jajaja.
INGREDIENTES:
Aceite de oliva
1 cebolla grande
3 cucharadas soperas de azúcar
100 ml de vino dulce (o brandy)
1 chorreón de caramelo liquido
1 pellizco de sal y otro de pimienta
PREPARACIÓN:
Cortamos la cebolla a tiras o a cuadraditos. Ponemos aceite de oliva suficiente en una sartén para que cubra el fondo. Vamos a pochar la cebolla a fuego muy suave, despacito para que se vaya haciendo bien. La tendremos unos veinte minutos mas o menos hasta que veamos la cebolla transparente y tierna. Añadimos entonces una pizca de sal y pimienta y las tres cucharadas de azúcar. Removemos y mezclamos bien. Agregamos el vino dulce (podemos sustituirlo por brandy), y subimos el fuego para que la cebolla se vaya caramelizando bien. Dejamos que el alcohol se evapore antes de añadir el caramelo líquido y sin dejar de remover cocer un par de minutos.Lista.
Si queréis hacer mas cantidad, solo tendréis que doblar las cantidades.
Cortamos la cebolla y la vamos pochando a fuego muy suave.
Cuando la veamos transparente y tierna (puede tardar unos veinte minutos), añadimos la sal, pimienta y azúcar y removemos para mezclar bien.
Incorporamos el vino y subimos el fuego para que se evapore el alcohol.
Y cuando la veamos que se empieza a dorar, añadimos el caramelo liquido. Un chorreón, al gusto. Dejamos enfriar.
Y lista para usar, a mi me encanta con queso, en una tostadita.
Para acompañar a un plato de carne también va genial.