El otro día mirando Pinterest (cómo no) vi una imagen de quesadillas con un huevo frito por encima y no he podido resistirme a hacer mi propia versión. Es muy muy sencillo y el experimento salió tan bueno que me apetecía compartirlo.
Decidí utilizar pollo al ajillo que tenía preparado y lo freí con una mezcla de verduras congeladas (brócoli, zanahoria, habas, cebolla...). Una vez tienes la preparación del relleno es muy fácil: por cada quesadilla que quieras hacer calientas en una sartén dos tortillas de maíz mejicanas. Dejas una en la sartén a fuego lento y la cubres con la mezcla del pollo y las verduras, echas queso cheddar rallado y esperas a que se funda un poco, luego pones la otra tortilla (que ya has calentado) encima y listo.
Sacas de la sartén la quesadilla y la cortas en cuatro trozos. Colocas un trozo de quesadilla sobre el otro y lo cubres todo con un huevo frito. En mi caso lo acompañé con unos pocos tomates cherry porque soy adicta.
¡Y eso es todo! No hace falta decir que hay que comérselo calentito :)
Espero que os haya gustado. ¡Gracias!