Elegancia reflejada en su cosecha
A tan solo 120 kilómetros al este de París se extiende el viñedo de Champagne, una región dotada de unas características naturales que marcan la diferencia con los demás vinos. Paradójicamente su suelo arcilloso de poco espesor, sus condiciones climáticas difíciles - temperaturas medias de 10 ºC, sol y abundantes lluvias- ofrecen uvas y vinos de alta calidad.Para conseguir esta complejidad existen solamente tres variedades de uvas responsables de hacernos disfrutar un fascinante trago:
La Chardonnay es una vid muy noble, que procura elegancia y suavidad al vino.
La Pinot Noir proporciona cuerpo, fuerza y larga vida.
La Pinot Meunier ofrece frescura, un toque afrutado y contribuye a su equilibrio.
¿Sabías que?
La zona vinícola de Champagne está clasificada según un sistema de un porcentaje comúnmente llamado 'escala de los crus' que va del 80 al 100%, y que se establece en función de la calidad del suelo, la madurez de las uvas y de la delicadeza de los vinos obtenidos, en cada uno de los 302 pueblos que componen la región.Existen tres grandes categorías de los 'crus': los Grands Crus se clasifican con el 100%, por lo que las uvas que allí se cultivan son las mejores y los vinos que de ellas se obtienen son los más selectos. Del 99 al 90% se denominan Premiers Crus y los restantes clasificados entre 89 y 80%, pertenecen a la categoría de 'crus periféricos'.
¿Sabías también que la filoxera (una plaga que ataca las raíces de la vid) destruyó a finales del siglo XIX la totalidad del viñedo europeo? Los vinicultores tuvieron como único recurso hacer injertos de variedades europeas sobre porta-injertos americanos que resistían la filoxera.
Disfrútalo, de principio a fin
Aunque la mayoría asociemos el champagne con grandes celebraciones, también lo podemos maridar con una gama de platos bastante amplia. Son muchos los alimentos que pueden ser acompañados por una buena botella para degustar a la hora de comer.Yolanda Bravo, experta en vinos y champagne del Aula Marqués de Arienzo, nos relata que ''hoy en día se ha roto el tabú. La gente comienza a darse cuenta que un buen champagne va con todo''. Afirma que '' acompañar toda la comida, desde principio a fin, con champagne puede resultar maravilloso''. Nos recomienda que probemos esta deliciosa bebida con los postres, incluso podemos tomarlo como digestivo o en un cóctel como el que nos sugiere:
"En una copa de champagne tipo flauta, vierte un chorrito de licor de cassis (elaborado con grosellas) y enseguida completa con champagne. Ahora tienes un exquisito Kir Royal para degustar".
Consejos espumosos
Sara Luna, del Aula Marqués de Arienzo, nos proporciona algunos trucos para que disfrutemos plenamente de la experiencia de beber champagne. Toma nota:Lo ideal para enfriar un champagne es sumergir la botella 30 minutos en un cubo de agua fría con cubitos de hielo antes de probarlo, o incluso enfriarlo varias horas en la nevera si no dispones de un cubo. Sara nos explica que no es aconsejable el congelador, ya que un cambio brusco de temperatura podría modificar su equilibrio y su sabor. Otra sugerencia es que se sirva a punto de frappe (casi granizado), a una temperatura entre 7 y 9 ºC, para que puedas disfrutar de su aroma en plenitud.
Simplemente déjate llevar por su suavidad: ilumina una velada entre tus amigos, combínalo con los mejores platos en una cena romántica, o incluso brinda simplemente por el placer de volverte a encontrar con un ser querido. Disfrutarás mucho más si cabe de estos inolvidables momentos.