Lo que hace especial a este tipo de cheesecake es su textura firme pero suave, resultado de hornear la mezcla a temperatura alta inicialmente y luego bajarla para terminar de cocinarlo lentamente. Esta versión suele servirse sin ningún tipo de cobertura, aunque a menudo se le acompaña con fruta fresca, mermelada o chocolate.
Fue en las décadas de 1920 y 1930 cuando este cheesecake se popularizó en Nueva York, especialmente gracias a restaurantes como Lindy’s y Junior’s, que lo llevaron a la fama. Desde entonces, se ha convertido en el estándar mundial del cheesecake y una referencia en la pastelería americana.
Una amiga originaria de Nueva York, me compartió su receta familiar de tan delicioso postre y hoy (con el permiso de Maggy) la comparto contigo.
Toma nota y no dejes de ver el video para una mejor explicación.
¡Espero que disfrutes de una buena rebanada de CheeseCake!
Ingredientes:
15 o 20 galletas marias
6 huevos grandes o 7 medianos
900 ges de queso crema
300 gr de azúcar
120 gr de mantequilla
50 gr de harina
125 ml de nata (crema de leche) o crema
2 cdts de vainilla el jugo y la piel de medio limón
Comenzamos triturando las galletas
Mezclamos 50 gr de azúcar, una pizca de sal, la galleta triturada y la mantequilla derretida
Batimos con una pala de madera hasta que se integren los ingredientes
Cubrimos la base de un molde de 25 cm para horno y horneamos durante 10 minutos a 150ºC
Aparte mezclamos el queso crema, el resto de azúcar, la nata (crema de leche) y la harina
Batimos con batidora eléctrica durante 5 o 6 minutos
Agregamos los huevos 1 a 1 y batimos entre uno y otro, añadimos la vainilla, el jugo de limón y la piel rallada
Continuamos batiendo por 8 minutos más
Añadimos la masa a la base de galleta ya horneada
Ponemos el molde previamente cubierto con papel de plata a baño maria
Horneamos durante 60 minutos a 180ºC
Una vez pasados los 60 minutos, comprobamos que esté bien hecho, apagamos el horno y dejaremos la puerta abierta para que enfrié un poco.
Saca el pay de queso del horno y espera a que enfrié a temperatura ambiente.
Una vez frío mete a la nevera antes de servir
Puedes servirlo con una jalea de frutos rojos, que le aporta un sabor extraordinario.
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