Efectivamente, para mi sorpresa y la de todos el chorizo acaba con la linealidad y monotonía del relleno tradicional, convirtiendo unos simples chipirones rellenos en toda una experiencia para el paladar.
CHIPIRONES EN SU TINTA
RELLENOS DE CHORIZO
PARA DOS PERSONAS:
1/2 kg de chipirones; Aceite de Oliva Virgen; Harina para rebozar
1 pimiento verde pequeño; 2 cebollas frescas; 1 chorizo fresco de calidad; Aceitunas sin hueso (yo usé la mitad del paquete); 1 diente de ajo; 2 huevos cocidos; las patas de los chipirones; 1 chorrito de vino blanco seco; sal; pimienta negra molida.
Salsa de tomate (aproximadamente unas 4 cucharadas); 1/2 vaso de vino blanco seco; 1 cebolla fresca; 1 diente de ajo; 2 sobres de tinta de calamar; agua, sal; 1 nuez de mantequilla.
Comenzamos limpiando los chipirones. Es importante hacerlo bien y quitarles bien la babilla que tienen por dentro. Reservaremos las patas para el relleno.
Una vez limpios, los reservamos y comenzamos a elaborar el relleno. Para ello, con ayuda del robot de cocina, picamos el pimiento, la cebolla y el ajo muy, muy fino.
Picamos también las patas de los chipirones:
Y hacemos lo mismo con el chorizo, el huevo cocido y las aceitunas.
En una sartén ponemos la mezcla de pimiento, cebolla y ajo a pochar a fuego medio-bajo. Pasados un par de minutos añadimos un chorrito de vino blanco y dejamos evaporar. Una vez evaporado, añadimos las patas de calamar y dejamos cocinar todo junto durante otro par de minutos. Entonces, añadimos la mezcla de chorizo, aceitunas y huevo, salpimentamos al gusto y dejamos cocinar a fuego medio unos cinco minutos.
Una vez listo el relleno, pasamos a un bol y dejamos enfriar. Cuando esté frío, lo metemos en una manga pastelera de plástico sin boquilla para que no sea más fácil rellenar los chipirones y los rellenamos hasta un poco más de la mitad, pero nunca del todo para que no se rompan, ya que durante la cocción siempre encogen. Los cerramos con un palillo y los metemos en una bolsa de plástico a la que añadiremos una cucharadita de harina (yo uso la de pescado de Santa Rita), agitamos la bolsa y en un minuto, y sin manchar, que es lo más importante, tendremos enharinados nuestros chipirones. Los doramos en una sartén con aceite para que se sellen, sacamos, les quitamos el palillo y reservamos.
Elaboramos por último la salsa. Para ello, ponemos la cebolla troceada fina y el ajo a pochar. Cuando la cebolla esté transparente añadimos el vino blanco y subimos el fuego para que se evapore el alcohol. Una vez evaporado añadimos el tomate rallado, o natural triturado de bote. Removemos bien y dejamos que se fría el tomate durante unos 6-7 minutos. Pasado ese tiempo, desleímos la tinta en agua y se la añadimos a la salsa. Removemos bien y dejamos cocinar a fuego suave durante otros cinco minutos. Salamos. Pasamos la salsa a una jarra y batimos con la batidora hasta que quede una salsa homogénea sin trocitos y volvemos a echar en la sartén junto con un chorrito de agua para apurar el fondo de la jarra. Entonces, añadimos una nuez de mantequilla y removemos hasta que se deshaga.
Es el momento de añadir los chipirones a la salsa.
Dejamos cocinar todo junto a fuego suave durante 20 minutos. Pasado ese tiempo servimos los chipirones sobre una base de arroz blanco aromatizado con ajo y unas ramitas de cebollino para darle el toque de color al plato.
Una receta deliciosa, sana y muy económica con ingredientes que podemos encontrar fácilmente en el mercado. Si no os gusta la tinta u os da reparo el negro en la comida, podéis hacer la salsa sin ella y añadirle quizá unas gotitas de tabasco o una cayena cuando pochéis la cebolla y el ajo (sin que se os olvide retirarla para que no haya sorpresas).
Espero que os haya gustado la receta.
¡Feliz Domingo!