Las chuletas de cerdo pueden resultar un bocado exquisito o convertirse en una especie de suela de zapato, lo que dependerá de cómo la cocinemos, puesto que como el contenido en grasa infiltrada (la grasa intramuscular) de este corte no es mucho se corre el riesgo de dejarlas demasiado secas. Una opción para evitarlo es sellarlas (pasarlas, vuelta y vuelta, por una sartén muy caliente) y así conseguir que los jugos no se pierdan con el cocinado posterior al horno. Si además las guisamos envueltas en una salsa de tomate, por ejemplo, el resultado será mucho más satisfactorio que si las freímos o las hacemos a la plancha.
Otra cosa que hemos de tener en cuenta es que cuanto más fina sea la chuleta más seca quedará al cocinarla, y, naturalmente, recordar, que la calidad de la materia prima es fundamental. Un último consejo: si tiene las chuletas en la nevera, sáquelas con tiempo suficiente para que cojan la temperatura ambiente, así será más eficaz el sellado, ya que no enfriarán la sartén.
Ingredientes para cuatro personas
Cuatro chuletas de cerdo gruesas
1 1/2 kg de tomates maduros
Una cebolla
Dos dientes de ajo
Una cucharada de orégano
Una pizca de azúcar
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Pelamos la cebolla, la cortamos en juliana fina y la pochamos en una sartén con un poco de aceite a fuego bajo. Salamos ligeramente y dejamos hasta que esté trasparente.
Mientras, escaldamos y pelamos los tomates y los troceamos. Pelamos y picamos finamente los ajos y los añadimos al tomate. Reservamos.
Cuando la cebolla ya esté, añadimos el tomate, espolvoreamos con un poco de azúcar y dejamos hacer a fuego bajo unos veinte minutos.
Comprobamos de sal y de acidez, (corregimos si es necesario con un poco más de sal y de azúcar) añadimos el orégano, mezclamos bien, apagamos el fuego y reservamos.
Calentamos una sartén a fuego fuerte con una cucharada de aceite , y cuando esté bien caliente sellamos las chuletas, salpimentadas al gusto, dejándolas un par de minutos por cada lado.
En una fuente para el horno, mejor si puede taparse, colocamos un fondo de salsa de tomate, a continuación las chuletas y cubrimos con el resto de la salsa.
Ponemos la fuente en el horno previamente calentado a unos 180º y dejamos que se hagan no más de diez minutos, así nos quedarán más jugosas.
Servimos acompañadas de un par de cucharadas de la salsa de tomate.