Comprar sin hambre
Es todo un clásico pero suele suceder que si vamos al supermercado con hambre acabemos llenando la cesta de la compra demasiado y de alimentos que realmente no necesitamos. Patatas de bolsa y bollería son los alimentos que más apetecen cuando el hambre aprieta. Entonces cargamos con alimentos altos en grasa y sal.
Planificación
La tan comentada lista de la compra aquí tiene su sentido. Es muy importante prever que se va comprar antes, qué se necesita, qué menús vamos a cocinar y hacer una lista con los ingredientes y alimentos más saludables que solemos incorporar en la dieta.
Leer las etiquetas
A la hora de ir a comprar es mejor no hacerlo rápido. Esto lleva su tiempo y necesitamos leer la información que sale en las etiquetas y los valores nutricionales que tiene cada alimento. En base a esto elegiremos un alimento u otro.
Comprar calidad
Las marcas blancas están bien para determinados productos, pero no para todo. El pescado, el marisco y las carnes deben ser de calidad. Es fácil comprobar la etiqueta y cuando caduca, además de adquirir los productos en lugares de confianza.
No dejarnos llevar por el marketing
En el supermercado todo está estudiado. Desde el precio, a las localizaciones de los productos, dónde están situados… para no comprar de manera innecesaria aquello que no está previsto, es mejor no hacer caso a los productos que pueden entrar por los ojos, los que están en primera fila y por las promociones que parece que obligan a comprar más barato.
Visitar las fruterías
En vez de comprar determinados productos en mismo lugar, una tendencia es adquirir dichos productos en lugares especializados. Por ejemplo, en la frutería podremos elegir los productos de temporada, sin que haya otras tentaciones.
Fuente: este post proviene de El blog del Mar, donde puedes consultar el contenido original.
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