Por eso, si estás buscando una bebida de origen vegetal que utilices para sustituir la leche de vaca de tu dieta, echa un ojo a este post y conoce cómo se hace la leche de almendras casera paso a paso.
¿Cómo preparar leche de almendras?
La leche de almendras es un tipo de bebida o leche vegetal elaborada a partir de almendras y agua. Supone una alternativa perfecta para aquellas personas que no pueden consumir lactosa o que no tomen leche de origen animal, como el caso de las personas veganas.Además, al tratarse de un tipo de leche que se elabora con frutos secos el aporte de calcio está garantizado, pues las almendras son ricas en este mineral (contienen 269 mg de calcio cada 100 g de almendras) y en otros minerales como el fósforo, el hierro, el magnesio o el potasio, entre otros.
Por si esto fuera poco, la leche de almendras es también una bebida poco calórica -se suele recomendar en muchas dietas- y fuente de vitaminas, proteínas y fibra.
Leche de almendras: propiedades
Algunas de las propiedades más significativas de la leche de almendras son las siguientes:Debido a su aporte en fibra, favorece el tránsito intestinal y facilita las digestiones.
Es un alimento rico en vitaminas como B2, B3 O B9.
Aporta ácidos grasos omega 3, muy importantes para la correcta circulación sanguínea.
Eso sí, si tienes problemas de tiroides debes consultar con tu médico, antes de incluir este tipo de leche en tu dieta diaria.
Ingredientes para hacer leche de almendras casera
Como decíamos al inicio de este artículo, para hacer una deliciosa leche de almendras casera solo necesitarás contar con agua, almendras y una licuadora, robot de cocina o batidora potente.Opcionalmente, si quieres aromatizarla puedes también añadirle canela o extracto de vainilla a tu gusto.
Nosotros utilizamos las siguientes cantidades:
750 ml de agua.
150 g de almendras crudas.
1 ramita de canela.
Ahora que ya tienes todos esto ingredientes, puedes descubrir paso a paso cómo hacer leche de almendras. ¡Comenzamos!
Leche de almendras: receta
La elaboración de esta leche vegetal es muy parecida a la leche de cualquier otro fruto seco como los anacardos, las almendras e incluso la horchata, cuya receta te detallábamos en este post.Ya te adelantábamos que la leche de almendras se prepara en muy pocos minutos y con una receta bien sencilla, que te podrás seguir, fácilmente, paso a paso:
La noche de antes, introduce las almendras en un bol grande y cúbrelas con exceso de agua (ya que aumentarán de tamaño). Manténlas en remojo durante, al menos, 12 horas.
Al día siguiente, escurre las almendras, enjuágalas de nuevo y mételas en el robot de cocina o en el vaso de la batidora. A continuación echa el agua y tritura durante 3-4 minutos, hasta obtener una mezcla uniforme en la que no veas pedacitos grandes de almendra. Deberás comprobar que la textura y aspecto que obtienes es muy parecida a la de la leche de vaca.
Cuela la leche de almendras con una malla de tela o gasa para evitar que queden tropezones de almendras. (Si puedes, no la cueles con un colador normal ya que dejará pasar demasiadas impurezas).
*Puedes aprovechas los restos de almendra que se queden en la malla para hacer harina de almendras, por ejemplo. ¡Así no tiras nada!
Guarda la leche de almendra en botes herméticos (para que se conserve mejor) e introduce una ramita pequeña de canela para aromatizar esta leche.
¡Ya tenemos lista nuestra leche de almendras! Una leche suave, sana y con multitud de beneficios para nuestro organismo. No olvides, que debes agitar esta leche antes de tomarte un vasito, ya que cuando está en reposo, la almendra molida y el agua que componen esta bebida tienden a separarse.
Truco
Puedes conservar esta leche de almendras casera entre 3-4 días en el frigorífico sin problemas. Ten en cuenta de que al tratarse de una leche casera y sin aditivos, el tiempo óptimo de consumo es más breve, pero te aseguramos que el sabor de esta leche es mucho mejor que si la compras en el supermercado. Por cierto, si crees que no te va a dar tiempo a consumir la leche de almendras en 3-4 días, puedes congelarla y sacarla del congelador el mismo día que quieras disfrutar de un vasito.
¡A nosotros nos gusta tomarla bien fresquita!
¡Bon appétit!