Nos encontramos ante una carne blanca deliciosa y tremendamente sana, debido a su bajo contenido en grasa. Sumemos a todo esto que además es económica. Podemos alimentarnos por muy poco dinero y nuestra imaginación culinaria se verá intacta.
Para extraer todo su potencial conviene llenarla de personajes secundarios que realcen su sabor. Lo ideal y clásico - soy muy de eso, ya lo sabéis - es juguetear con especias de campo: tomillo, romero, laurel... Y ya si lo acompañamos de buen aceite de oliva y unas patatas tendremos un plato diez. Pero que seguid probando: al ajillo, estofado, con tomate, en un arroz... No hay límites. Os dejo otras opciones hitchcookianas "Conejo asado con patatas" y "Conejo con miel y soja"
Una receta de lo más sencilla y de lo más socorrida que espero que hagáis más pronto que tarde. ¡Mandiles arriba!
Ingredientes (4 personas)
1 conejo limpio y troceado
4 dientes de ajo
Tomillo, romero, perejil...
Unas hojas de laurel
Vinagre, vino blanco y Aceite de Oliva
2-3 patatas
Sal y granos de pimienta
Tiempo
40 minutos
Entendiendo que vuestro carnicero del barrio es gentil, le pedimos que nos trocee un conejo fresco para asar. Trabajo que nos ahorramos en casa y, seamos sinceros, lo hará infinitamente mejor.
Una vez en casa lo limpiamos bien con papel de cocina y lo secamos. NOTA: Si vemos alguna parte que se le haya "pasado", la retiramos. Salpimentamos con alegría todas las piezas y lo vamos colocando en una bandeja de horno, que estará precalentado a unos 180-190º
El majado
En este punto hacemos el majado. Con ayuda del mortero (bendita herramienta culinaria) trituramos los ajos, el tomillo, el perejil y el romero. Que sean frescos, que se nota la diferencia. Añadimos aceite de oliva Virgen Extra, un poco de vinagre y buen vino blanco. NOTA: Ya lo sabéis, el vino que os bebáis es con el que cocináis.
Horneado
Impregnamos bien todas las piezas del conejo con la mezcla, añadimos unas hojitas de laurel y para el horno. Lo dejaremos cocinar unos 30 minutos. Podemos ir regando con parte del majado para que no se nos seque demasiado.
Mientras el conejo sufre los calores del horno, vamos a preparar la guarnición. Pelamos unas patatas y las cocemos durante 20 minutos. NOTA: Lo mejor siempre es arrancar con el agua fría y llevar a ebullición. Y procurad que cada tubérculo sea más o menos del mismo tamaño, para no llevarnos sorpresas de "una patata cocida y otra no".
Colamos las patatas, las cortamos en rodajas gruesas y las pasamos por una sartén con un poco de aceite caliente. Les damos caña hasta que se doren bien por ambas caras.
Emplatado
Disponemos en el centro del plato unas piezas de conejo - dependerá del hambre voraz que tengáis - y regamos con un poco de la salsa resultante de la bandeja. Trazamos un línea de patatas a un lado y espolvoreamos sal gorda y granos de pimienta variada. Una hojita de perejil nos dará un punto de frescor a la vista. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!