Hoy os traemos algunos consejitos para que el horno deje de ser vuestro enemigo.
Durante la cocción no es aconsejable abrir y cerrar el horno para comprobar si lo que tenemos en él ya esta listo o no. Cada vez que abrimos la puerta, el horno pierde mucha temperatura a gran rapidez.
La repostería en especial, requiere mantener una temperatura constante y homogénea para que las masas suban y el volumen se mantenga.
A parte de no abrir para nada el horno en los 20 primeros minutos de cocción, un truco es precalentar el horno 5 grados por encima de lo que indica la receta. Cuando vayamos a introducir la masa, bajamos la temperatura a la indicada y abrimos la puerta. Así no perderemos calor al abrir la puerta y la masa empezara a cocerse a la temperatura exacta.
Otro truco es usar la rejilla del horno en lugar de la bandeja. Así el calor será el mismo en todo el horno evitado que se acumule en la base.
También es conveniente sacar el bizcocho inmediatamente del hornoya que si lo dejamos enfriar dentro el calor lo ira secando. Además lo podemos envolver en papel film para que se produzca humedad y nuestro bizcocho la absorba.
Esperamos que os sirva de ayuda!
Nos vemos mañana con una receta deliciosa de galletas!