Esta es la historia de cómo unas cookies especiadas con miel de caña, ideales de la muerte y deliciosas, pasaron a ser unas maravillosas e irresistible Cookies de Sirope de Arce y chocolate blanco.
Examinemos los hechos:
El pasado 5 de febrero fue el cumpleaños de mi niña y llevaba pidiéndome unas cookies de chocolate blanco ni se sabe el tiempo.
Hago unas Cookies de Chocolate Blanco y Arándanos de muerte, pero no le gustan nada los arándanos, cosa que no entiendo con la pasión que siente su madre por estos frutitos del bosque…la genética que juega malas pasadas.
Continuemos con los hechos.
Estas Navidades mi querida Silvia hizo unas Cookies especiadas con Chocolate blanco. Así que me dije:
-Cristina ¡esta es tu receta!
Pero como una anda siempre como una loca no miré bien la lista de los ingredientes, y el día de antes, sin margen de maniobra y viviendo a más de 10 minutos en coche del súper más cercano me doy cuenta de que a mi niña no le gusta la canela, cosa que tampoco consigo entender dado que a mi me chifla, debe ser cosa de la genética otra vez…
Para colmo de males, tampoco tenía miel de caña o melaza…
Mala suerte o ¿puede que no? …
No había tiempo de bajar a comprar, el cumple era al día siguiente, en fin que no tenía mucho margen de maniobra.
Quería hacer la receta de Silvia porque sabía que era éxito asegurado.
¿Pero que podía hacer?
Pues tirar de intuición pastelera.
Tenía unas vainas de vainilla de Veracruz México, perfectas para sustituir la canela y especias.
Tenía Sirope de Arce o de Maple….que me requetechifla que podía usar para sustituir la melaza.
Y….
¡¡EUREKA!!
Unas cookies con un perfume y una profundidad de sabor que se han ganado un puesto en el surtido de cookies que suelo hacer por Navidad.
Ya sabéis que mis sobrinos esperan todas las Navidades mis surtido galletero, puedo hacer tartas, macarons y todo lo demás, pero la cesta de cookies es sagrada!!
Como a mí me chifla la canela y la melaza, le he prometido a Silvia que haré su receta tal cual y también os la traeré.
INGREDIENTES:
250gr de harina de trigo
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/4 cucharadita de sal
Las semillas de dos vainas de vainilla.
180 gr de mantequilla sin sal
100 gr de azúcar normal
100 gr de azúcar moreno claro
80 gr de Sirope de Arce.
1 huevo grande
200 gramos de chocolate blanco.
ELABORACIÓN:
Troceamos el chocolate en trozos grandes, que así da más alegría encontrarlos y se desharán menos al hornear.
Tamizamos la harina junto con la sal y el bicarbonato y reservamos.
Batimos la mantequilla junto con los azúcares hasta que blanqueen y espumen un poquito con la ayuda de una batidora de doble varilla o en una batidora tipo KA. Añadimos el huevo, el sirope de arce y las semillas de la vainilla.
Agregamos la harina en varias tandas mezclando con una espátula, por último agregamos los trozos de chocolate blanco, reservándonos una pequeña para decorar.
Llevamos al frigorífico 2 horas o mejor toda la noche, porque la masa cogerá el cuerpo suficiente para que al hornearla la masa no se extienda por toda la bandeja y además los aromas impregnaran la masa mucho mejor y redundará en un sabor excelente.
Truco:
Si tienes prisa, lo que puedes hacer es, una vez que esté enfriada la masa (como media hora en el frigo o en el congelador) y se puede manejar, es hacer bolitas con la masa y meterlas en el congelador, en media hora seguramente las puedas hornear.
Si se extienden demasiado es porque les falta frio o el horno se ha recalentado demasiado, refréscalo entonces abriendo un poco la puerta del horno antes de meter la siguiente tanda.
Precalienta el horno a 170 grados, engrasa una bandeja de horno con spray desmoldante o pon papel de horno.
Haz bolitas con la masa o usa una cuchara dispensadora de helado para que todas te salgan igual, yo suelo pesarlas y hacer bolitas, soy así de apretá que le vamos a hacer.
Disponlas sobre la bandeja del horno, dejando espacio entre ellas para que al hornearse no se te peguen.
Hornea durante 10 o 12 minutos, recuerda que las cookies son de corazón tierno, no son como nuestras galletas. Al tocarlas verás que están blanditas, es normal, de todas formas cuando hagas unas pocas encontrarás el punto ideal para ti.
Pasados 5 minutos pon unos trocitos de chocolate blanco de ese que habíamos reservado, clavándolos en la galleta para que queden más monas.
Y con mucho cuidado pásalas a una rejilla, yo las dejó ahí toda la noche y al día siguiente las guardo en una lata para galletas.
Espero que las hagas y que me lo cuentas, realmente son maravillosas.
Si tienes alguna duda estaré encantada de responderte, aquí o en mi página de FB Un pedacito de cielo.
Y como siempre te dejo con el verdadero pedacito de cielo:
Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siguiera los poderes del infierno podrá separarnos del amor de Dios Romanos 8:38