¡Hola a tod@s de nuevo!
Como lo prometido es deuda, os traigo la receta de ese bundt que me apetecía tanto probar, esta vez se trata del Bundt Cake de Sirope de Arce y tengo que reconocer que no sólo no me ha defraudado, ¡sino que me ha encantado!
Sin duda, los bundts son siempre una apuesta segura, porque la combinación de sabores es casi infinita y las texturas sorprendentes. Este bundt en concreto, es más denso que por ejemplo los bundts con zanahoria, calabacín o calabaza y lleva una cantidad importante de nata (crema de leche), por lo que imagino que, en conjunto, debe de ser una bomba hipercalórica, pero su sabor es delicioso y no empalaga.
El sabor del Sirope de Arce me recuerda mucho al de la melaza de caña, sin embargo es diferente. Y también al del toffe... En fin, me ha sorprendido para bien y al mismo tiempo me ha traído a la memoria recuerdos y notas de otros sabores. Es dulce y suave y, a pesar de que su precio es algo elevado, merece la pena comprarlo de buena calidad porque -según tengo entendido- la diferencia con respecto a otros de clase más baja es notable.
Se trata de un jarabe que se fabrica a partir de la savia del Arce y son dos los países que mayoritariamente exportan este producto, en primer lugar Canadá y le sigue de cerca Estados Unidos, desde sus estados del Norte como Nueva Inglaterra y Nueva York.
Debido a su importancia económica, el Arce es un emblema de Canadá, y su hoja está representada en la bandera canadiense. La mayoría de los Arces pueden ser utilizados para extraerles la savia y fabricar el jarabe, pero el Arce de Azúcar (Acer saccharum) y el Arce Negro (Acer Nigrum) son los más adecuados.
En resumen, si todavía no lo habéis probado, os lo recomiendo al 100% y podéis saborearlo no sólo en bizcochos sino también en crepes, gofres, tortitas americanas y en cualquier otro dulce que se os ocurra o apetezca, ¡veréis cómo este sirope realza el sabor de cualquier postre!
Os dejo ya la receta que, una vez más, he extraído del estupendo libro de +Bea Roque, "El Rincón de Bea", es sencilla y, como siempre, no falla.
INGREDIENTES:
200 gr. de mantequilla.
100 gr. de azúcar moreno de caña.
2 huevos de tamaño L.
280 gr. de harina.
2 cucharaditas de polvo de hornear (yo usé Royal).
1/2 cucharadita de de sal.
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico.
125 ml. de Sirope de Arce (yo usé este de MamaMuffins Shop on line) ¡Buena calidad y delicioso!
2 cucharaditas de Extracto de Vainilla.
250 ml. de nata (crema de leche) fresca.
PREPARACIÓN:
Precalentar el horno a 175º C.
Engrasar un molde Bundt de 25 cm. con spray especial de desmoldado o con aceite.
Tamizar juntos la harina, el bicarbonato sódico, el polvo de hornear y la sal y reservar.
Batir la mantequilla y el azúcar hasta conseguir una mezcla que haya blanqueado, con el azúcar casi disuelto, y obtener una mixtura cremosa.
Añadir uno a uno los huevos ligeramente batidos a velocidad baja. No agregar el siguiente hasta que el anterior esté totalmente integrado.
Incorporar el Extracto de Vainilla y el Sirope de Arce y batir unos segundos.
A velocidad baja, añadir un tercio de la mezcla de la harina y batir. Incorporar la mitad de la nata (crema de leche) fresca y continuar alternando los ingredientes, terminando con la harina.
Volcar esta mezcla en el molde Bundt engrasado que tenemos preparado, asegurándonos con una espátula de que la masa entra en todas la hendiduras del molde y que no tiene aire. Alisar la superficie.
Hornear entre 45 y 50 min. o hasta que, al pincharlo con un palillo, éste salga completamente limpio.
Sacar del horno y dejar reposar en el molde sobre una rejilla 10 min. Pasado este tiempo, desmoldar boca abajo y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.
¿Os vais a animar a preparar este rico Bundt o a probar el famoso Sirope de Arce?
Por si acaso os decidís a llevar a cabo la receta, os dejo una última recomendación: No intentéis sustituir el Sirope por miel de abejas o miel de caña, puesto que el resultado no será el mismo.
Os deseo un buen remate de fin de semana y nos leemos en breve con más novedades.
Un saludo para tod@s y si no encontráis una buena excusa para cocinar, aprovechad que el frío se ha apoderado de la Península para... ¡encender el horno!
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