No podía despedir la semana sin un plato de carne, porque quitando el dulce del otro día ha sido una semana de verdurita y pescado. Es que aunque no lo parezca estoy a dieta, porque no se si he dicho alguna vez que hacer un blog de recetas engorda mogollón, jajaja.
Para los que nos gusta comer es una tortura china limitarte a probar sólo un poquito de lo que acabas de hacer (porque además luego os lo tengo que contar) y sentarte a la mesa delante de tu plato de verduras, como hoy. Envidio a la gente que se limita a alimentarse, esos que están delgados toda la vida porque en realidad no disfrutan de la comida y les da igual una cosa que otra. Por eso yo nunca podría ser vegetariana, ni vegana, ni macrobiótica, ni ninguna de esas cosas. Es verdad que se pierden uno de los mayores placeres de la vida, pero a cambio no sufren.
Hoy he sufrido mucho, pero muuucho. Estas costillas las he hecho cientos de veces, así que no tenía la excusa de tener que catar para contar. Hay aromas que despiertan el apetito, para mi uno de los irresistibles es el olorcillo a ajo y vino que sale del horno con estas costillas. Además es de esas recetas que se hacen solas y no te tienes que preocupar de la guarnición, es un todo incluido.
Ingredientes(2 personas):
- un trozo de costillas de cerdo (1 kg. aproximadamente)
- 3 dientes de ajo
- 1 ramita de perejil
- 1 cebolla
- 2 patatas grandes
- aceite de oliva virgen extra
- 1 vaso grande de vino blanco
- sal y 1/2 pastilla de caldo de carne
Elaboración:
En una fuente de horno disponemos la cebolla cortada en pluma y las patatas en rodajas finas. Salamos las verduras y echamos un poquito de aceite de oliva, pero muy poco.
Majamos en el mortero los dientes de ajo con el perejil y una pizca de sal. Después agregamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra y mezclamos bien este mejunje.
Cortamos el costillar en las partes necesarias para que quepan en la bandeja y las salamos pero solo ligeramente.
Embadurnamos la carne por todas partes con el majadito y por último desmenuzamos la media pastilla de caldo de carne por encima. Añadimos el vino blanco a la fuente y lo metemos en el horno caliente a 190ºC.
Va a tardar como una hora o un poco más. A mitad de tiempo damos la vuelta a las costillas para que se doren por los dos lados.
Un beso a tod@s y hasta el lunes!