Hace unos días Javier, viendo un vídeo en la web “Javier Romero”, me pico cuando lo vi hacer sus croquetas, en su post “Croquetas caseras, tres variantes”, aunque es un tramposillo el joio, engaño a su mujer (que no nos la presento) a hacerle las croquetas y freírlas… yo no las he frito, espero que venga a freírlas Javier, ya que no frio las suyas, ea…
Pero como soy más vago que él, también vi una receta de bechamel al microondas, que nos mostraba Maritamar en su post “Bechamel que nunca se quema” y se me ocurrió unir ambas recetas.
Pero como con eso no me conforme, quise darles una forma diferente a las croquetas, usando moldes de cortapastas… como veis les di forma de corazoncitos en lugar de la habitual forma de las croquetas.
Ingredientes (unas 24 croquetas):
50 g. de harina de maíz
50 g. de mantequilla
½ l. de leche
Pimienta negra
Nuez moscada
Sal
6 huevos de codorniz
75 g, de queso fresco
Pan rallado de ajo y perejil
Harina
Aceite
Preparación:
En primer lugar prepararemos la bechamel siguiendo las instrucciones de Maritamar.
Colocamos la harina en un recipiente (en mi caso pongo harina de maíz para evitar freír la harina de trigo).
Agregamos la leche y mezclamos.
Licuamos la mantequilla, con ayuda del microondas y la agregamos a la mezcla de leche y harina.
Sazonamos esta mezcla con sal, pimienta negra molida y nuez moscada.
Para asegurarnos de que no nos queden grumos podemos pasarle la batidora, si no tenemos grumos, este paso nos lo podemos saltar.
A continuación metemos la mezcla en el microondas a máxima potencia en tandas de 2 minutos, removiéndola cada dos minutos, hasta obtener la consistencia deseada, yo le puse 5 tandas de 2 minutos, pero la potencia de mi microondas se la llevo un perro en la boca…
Dejamos enfriar después de la última tanda dentro del microondas (sin abrirlo), así aprovechamos el calor residual.
Cuando se enfríe introducimos la bechamel en la nevera y dejamos reposar en ella para que se endurezca y podamos trabajar cómodamente la masa.
Mientras se nos endurece la bechamel coceremos los huevos de codorniz.
Pelamos los huevos y los partimos por la mitad.
Troceamos el queso fresco en taquitos de tamaño similar a medio huevo de codorniz.
Ahora sacamos la masa de la nevera.
En un recipiente colocamos una base de pan rallado de ajo y perejil que algo de sabor le dará.
Con ayuda de un molde cortapasta (de esos para cortar las galletas), damos a la bechamel la forma deseada introduciendo en su centro el medio huevo o el queso, hasta terminar la bechamel.
Las croquetas las vamos colocando en el recipiente con el pan rallado, cuando cubramos el fondo, espolvoreamos las croquetas con más pan rallado y ponemos otra capa de croquetas y así hasta terminar toda la bechamel.
Una vez hecho esto freír en abundante aceite caliente.
Las que nos sobren las metemos en el congelador, sin freír, para otra ocasión, o esperamos a Javier para que venga a freírnosla, pero vigilándolo de cerca que aunque se queme, se las come y nos deja sin croquetas.