Siendo sincera... nunca he sido muy fan de los "boletus", como mucho el champiñón común y ya está, los demás... no me llaman demasiado la atención, pero he de decir que estas croquetas me han encantado!!! Supongo que me ha pasado como con muchos otros productos, por eso siempre estoy inventando recetas, porque hay muchos productos que no me hacen demasiada gracia y busco la forma de integrarlos en mi dieta y poderlos comer. Y este ha sido el caso, un producto que sé muy bien que tiene mucho valor en el mercado y a la gente le encanta... a mi nunca me ha dicho ni fu ni fa pero con las croquetas estas... ha sido un total descubrimiento!!!! Y desde luego que se queda receta fija en mi recetario!!! :-)
Hace ya unos cuantos meses me compré un libro de Carme Ruscalleda y la verdad que como de normal me invento yo las recetas, pues mucho caso no le había hecho. Había ojeado por encima y ya está. Pero un día dije... voy a ver qué encuentro y a ver si hago algo de lo que tiene ella por ahí, o al menos parecido... Y ale, encontré estas riquísimas croquetas!!! Super jugosas por dentro... se deshacen en la boca... :-P
Este es el libro del que os hablaba y la presentación de la chef... desde luego que le han quedado muy bien con esa forma tan bonita... toda una artista!!! :-)
Ingredientes:
Para el sofrito:
250 gr de robellones (normalmente son 500 gr de robellones, pero como puedes mezclar las setas que quieras... yo como no tenía bastantes los mezclé con unos champiñones que tenía por casa)
250 gr champiñones
Puerro
Cebolla (esto se lo he agregado yo por mi cuenta, no estaba en la receta original, pero como tenía un trocito que sobraba por la nevera, mal no le iba a ir a estas deliciosas croquetas jejejeje)
50 gr de aceite de oliva
2 dientes de ajo
Perejil
Para la masa:
1/2 litro de leche (yo uso desnatada en casa)
3 yemas de huevo
100 gr de harina
50 gr de maicena
Para el rebozado:
3 claras de huevo (las que nos han sobrado de las yemas)
Pan rallado (yo he encontrado un pan rallado crujiente que está muy bueno, pero si no tenéis, pues el pan de toda la vida que está muy bueno también)
Primero cortamos los boletus y los champiñones muy pequeñitos y los salteamos. Lo he hecho por separado para que cada ingrediente mantenga su propio jugo y sabor, aunque luego vayamos a mezclar parte de él. Si vemos que suelta mucha agua, la quitamos porque queremos un salteado, no un rehogado. Una vez hecho, lo juntamos todo y lo separamos en dos partes. Luego os explico el porqué. Por supuesto, cada cosa que hagamos la salpimentamos o solo le ponemos sal, eso al gusto de cada uno. Los que me conocéis sabéis que soy una fan de la pimienta negra y siempre le doy un toquecito en todos mis recetas.
En la misma sarten, podemos sofreír el puerro y la cebolla, luego agregamos los ajos y el perejil. Y reservamos.
En un bol, mezclamos la leche, la harina, las yemas y una de las partes que habíamos separado de los robellones y los champiñones. Lo pasamos todo por la turmix hasta que quede todo bien integrado y bien mezclado.
La segunda parte que habíamos reservado al principio de los boletus, la mezclamos con el sofrito ahora y todo esto lo agregamos a la masa que hemos pasado por el turmix. Así conseguimos una masa fina con tropezones ricos ricos. Todo esto, lo ponemos a cocer a fuego medio sin dejar de remover hasta que se despegue de las paredes del cazo o la olla que hayáis usado. Una vez se despegue de las paredes... ya está listo!!!
Ahora tenemos que dejarlo enfriar para poder bolearlo. Es una buena idea si lo ponemos en algún recipiente largo y poco profundo, porque así se enfriará antes. Pero bueno, cada uno sabemos lo que tenemos en casa y con lo que nos podemos apañar, así que cada uno verá su mejor opción para enfriar la masa. Es una buena idea cubrir la parte que queda al aire con una capa fina de aceite, así evitaremos que se reseque.
Una vez enfriado, empezamos a bolear. Aquí cada uno tiene su truco. Hay gente que le agrega más harina para manejarlas mejor, yo en este caso solo me he untado las manos con un poco de aceite para que no se me pegara la masa a las manos y ya está, así no modificaba la consistencia de las croquetas al añadirle harina. Y también... aquí toca la imaginación o el gusto de cada uno. Hay gente que le gustan las croquetas redonditas, más grandes o más pequeñas, otros las prefieren alargadas de toda la vida, otras personas más bien cuadradas o rectangulares... aquí hay que hacer lo que a cada uno más le guste. A mí me gustan más las croquetas redonditas, no demasiado grandes, igual para dos o tres mordiscos. Pero lo dicho... eso ya cada uno... :-)
Y nada más, a disfrutar al menos de la vista!!! Y desde luego, os recomiendo la receta porque vale mucho la pena. Hasta ahora había hecho croquetas a la forma tradicional con el roux de toda la vida, pero esta forma de hacerlas, la verdad que también me ha gustado mucho el resultado. Así que... ya tenemos varias formas para hacer croquetas a partir de ahora :-) Eso sí... si decidís probarlas... me decís qué tal os han salido, eh? Y si le hacéis foto a la receta final, ya sabéis que si os apetece la puedo compartir en mi álbum de "Vuestras recetas", que siempre anima ver a la gente que otras personas se animan a hacer ciertas recetas y verlo en directo aunque sea virtualmente alegra bastante a todos :-)
Ya... me callo!!!! jajajajaja Aquí tenéis esta delicia... mmmmmmmmmm