INGREDIENTES
16 gambones
400 ml de leche
200 ml de nata (crema de leche) para cocinar
35 grs de mantequilla
35 grs de harina
1 huevo
Pan rallado
Pimienta, nuez moscada y cebolla en polvo
PREPARACIÓN
Pelamos y quitamos las cabezas a los gambones. En un cazo echamos un pelín de aceite y sofreímos un par de minutos las pieles y las cabezas aplastándolas un poco para que suelten el jugo. Cubrimos con medio litro de agua y lo dejamos a fuego bajo durante 20 minutos.
Partimos en trocitos pequeños los gambones y los sofreímos en la sartén. Reservamos.
Ponemos un cazo a fuego medio con la mantequilla y le incorporamos la harina. La sofreímos un par de minutos para que luego no sepa a harina cruda. Colamos la leche que habíamos infusionado con las cabezas de los gambones y lo vamos añadiendo poco a poco y removiendo enérgicamente con unas varillas de mano para que no queden grumos. La textura que nos ha de quedar es como la de una bechamel ligera pero con cuerpo. Sazonamos con pimienta, y nuez moscada al gusto e incorporamos los trocitos de gambón. Dejamos que se cocine todo un par de minutos más.
Vertemos la masa en un molde o plato, lo tapamos con film y lo guardamos en el frigorífico durante toda la noche para que la masa espese más.
Cogemos un poco de masa, le damos forma con las manos y la rebozamos primero por huevo y luego por pan rallado. Repetimos este paso hasta acabar con toda la masa.
Freímos en abundante aceite y escurrimos bien.