La temática elegida para empezar el año es una buena idea para aprovechar todo tipo de restos de las comilonas navideñas, ya sean carnes, pescados, verduras... Y es que las Croquetas lo admiten todo. Sí, #CroqueteandoTS es la propuesta de este mes.
Desde muy pequeña he sido educada en la idea de que no hay que tirar nada y que hay que aprovecharlo todo antes de que se estropee. "La comida es sagrada" o "Con la comida no se juega" son frases que seguro habéis escuchado en muchísimas ocasiones desde críos. Y son frases que cobran especial relevancia en estos tiempos en los que vivimos, en los que muchas personas no tienen nada que llevarse a la boca. Porque mañana cualquiera de nosotros podemos vernos en su situación y sólo por esa razón debemos administrar los alimentos de forma responsable, intentar que no se nos estropeen los alimentos en la nevera y darles uso lo antes posible. Por otra parte, recordaros que la Navidad es una época del año que abarca un periodo de unos 15 días en los que la solidaridad con los más necesitados se multiplica, pero debemos tener en cuenta que el resto del año las necesidades son las mismas y que debemos seguir siendo solidarios en la medida de nuestras posibilidades.
Y ahora vamos con las croquetas. Deciros, que aunque es una temática muy versátil me ha costado decidirme por qué tipo de croquetas preparar. En el blog os las he preparado ya de jamón y pollo, de bacalao y mejillones, de patata con jamón y queso, y de arroz con queso. Y pensando y pensando de qué hacerlas, mi madre me puso un plato de robo toro en la mesa y rápidamente se iluminó mi bombilla. ¡Mamá pónme en un táper lo que sobre de la comida de hoy, que voy a prepara croquetas con ello! Dicho y hecho.
El resultado es inmejorable. Unas croquetas con todo el sabor del rabo de toro, jugosas y muy ricas. ¡Ni una pega me pusieron en la mesa!.
Si necesitáis la receta de rabo de toro, AQUÍ la tenéis.
Rabo de toro ( unos 150 gr. de carne cocinada y sin hueso)
5 cucharadas soperas de harina
600 ml. de leche entera.
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Nuez moscada (opcional)
Para rebozar:
Pan rallado (no mido la cantidad, simplemente lleno el fondo de un plato hondo y a medida que voy necesitando más voy añadiendo)
2 huevos
Para freír:
Aceite de oliva virgen extra (la cantidad suficiente para que las croquetas queden cubiertas en la sartén, freidora o cazo donde las friáis).
En primer lugar prepararemos la bechamel. En un sartén con un base de aceite de oliva caliente (unos 30 ml. aproximadamente) pondremos la harina. La cocinaremos, mezclándola bien con el aceite durante un par de minutos. De esta manera conseguiremos que las croquetas no nos sepa a harina.
Iremos añadiendo la leche (mucho mejor si está fría) muy poco a poco. Pondremos un poco, e integraremos la harina y la leche intentando que no nos queden grumos. Cuando veamos que la harina ha absorbido toda la leche, añadiremos otro poquito más. Así, poco a poco y sin dejar de remover. Añadid también sal y una pizca de nuez moscada (yo no se la puse, pero es un ingrediente que le da un toque muy rico a la bechamel).
La bechamel debe quedar espesa, de forma que al moverla notéis como la crema se despega de las paredes del recipiente donde la estéis preparando.
En el caso de que se os quede algún grumo, no os preocupéis. Hasta los mejores cocineros reconocen haber metido la batidora para deshacerlos y de paso dejar una crema, aunque espesa, con una textura más fina.
Cuando tengamos lista la bechamel, le añadiremos la carne del rabo de toro en trozos pequeños. Seguiremos mezclando durante unos minutos más, a fuego lento, para que la bechamel coja el sabor de la carne.
Pasaremos la mezcla a una fuente y la taparemos con papel film agujereado. Cuando estén frías las meteremos en la nevera y esperaremos al menos un día para que la masa tenga más consistencia.
Al día siguiente ya podemos dar forma a las croquetas. Para ello prepararemos tres recipientes: uno con los huevos batidos, otro con pan rallado y otro para ir dejando las croquetas que vayamos terminando de rebozar.
Con la ayuda de dos cucharas cogeremos una porción de masa del tamaño que queramos hacer las croquetas. La daremos forma con las dos cucharas y las pasaremos por huevo. Después las podremos en el pan rallado y una vez que estén rebozadas con el pan podremos terminar de darles la forma deseada con las manos.
Las iremos depositando de forma ordenada en un recipiente plano, sin ponerlas unas encima de otra para que no se espachurren.
Cuando las tengamos todas las pondremos en el congelador durante un mínimo de 2 horas.
Para freírlas, podemos freírlas congeladas. En ese caso, las freiremos de poquitas en poquitas. Por ejemplo, en un cazo pequeño y con el aceite necesario para que las cubra. El aceite tiene que estar caliente. Una vez estén doradas, las sacaremos y escurriremos su aceite con la ayuda de un colador o la iremos poniendo sobre papel absorbente.
¡Y listas para comer! ¡Cuidado que queman!
¿Queréis ver todas las versiones de croquetas que han participado en #CroqueteandoTS? ¡Pues no te pierdas este recopilatorio!