Comenzaron los primeros días dentro de casa al calor de la chimenea, como os conté hace unos días aquí.
Hay que estar muy atentos porque tan pronto nazca el tomate, comienza a pedir luz. De no recibirla se espigan y se hacen más vulnerables cuando salgan al exterior. Un consejo es que si veáis que se espigaron en exceso, no lo pongáis directos en la luz del sol, pues se podrían quemar. Es bueno que hasta que se habitúen los protejáis con una malla de sombreo o similar.
Es mucha la emoción que se siente cuando los comienzan los primeros brotes verde ( y estos si son de verdad) y miras nerviosa las casillas que todavía no han salido, preguntándote impaciente si finalmente nacerán.
Acabo de imprimir los listados de los semilleros plantados ( casi 15 folios) donde repararemos esta tarde las semillas que debemos reponer y de las que nos tenemos que olvidar. Ese es el problema con la semilla, que con el paso del tiempo pierden su poder germinativo y si nadie las siembra se perderán. Muchos sois los que nos preguntáis eso de las semilla cómo funciona. es así de simple, si no la siembras año tras año y la olvidas durante 3-8 años dependiendo de la variedad, la semilla llega un momento que no tiene fuerza suficiente para generar vida ( que se dice pronto) A eso a a lo que llamamos poder germinativo.
Revisaremos y resiembraremos, Los iremos cuidando, regando y hasta tapando si sigue haciendo este frío polar. Para conseguir nuestros pequeños y maravillos tomates con sabor , que para eso bien mimaditos están.
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