Por fin se han acabado ya las fiestas navideñas y todos sus excesos, pero por cuestión de horarios, mi familia y yo no pudimos reunirnos hasta ayer. Y en vez de estar horas cocinando y plato más elaborado, se decidió por unanimidad que una barbacoa estaría genial. Además, como no está haciendo el frío típico para éstas alturas de invierno, apetecía comer al aire libre.
Todos sabemos que la carne a la parrilla es más bien americano (o al menos así lo venden en las películas…), con sus costillas, sus frankfurts y sobretodo con las hamburguesas; todo acompañado con salsa barbacoa casera y de una buena dosis de colesterol. Pero nosotros de americanos no tenemos nada de nada, y nos decantamos por producto más local: pollo, butifarras, patatas…y con salsa allioli! Pero yo tenía que llevar el postre, y ya que me ponía decidí “americanizar” el día con unos cupcakes de red velvet (o terciopelo rojo). No sé el motivo, pero aquí es una receta que se conoce desde hace relativamente poco, y en cambio es un clásico en EEUU. Así que llevaba tiempo comparando recetas originales, y al final hice una adaptación a mi manera, ya que hay productos que a mi me cuesta encontrar como puede ser la buttermilk. Así que apunta los ingredientes que usé:
120 ml de aceite de girasol
320 gr de azúcar
2 huevos M-L
50 gr de cacao
15 ml de extracto de vainilla
250 ml de leche
30 ml de zumo de limón
300 gr de harina
5 gr de levadura
colorante rojo
250 gr de mantequilla sin sal
400-450 gr de azúcar glas
250 gr de queso cremoso
Antes de empezar con la masa de los cupcakes, hay que hacer el suero de leche (o buttermilk casero). Pon el zumo de limón en el vaso de leche y déjalo al menos 10 minutos así. Puedes usar el condimento de ensaladas que se vende como agrio de limón en vez de zumo natural, el efecto es el mismo: parece que la leche se corte, pero que no entres en pánico, debe ser así. Y también mezcla la harina, el cacao y la levadura en un bol y tamizalo. El cacao mejor si es sin azúcar añadido, el resultado será mucho mejor, con más sabor a chocolate.
Mientras, mezcla en un bol el aceite, el azúcar y los huevos hasta que estén bien integrados. Sin dejar de batir, ve añadiendo la mezcla de harina y cacao poco a poco y alternando con el vaso de leche. Verás que la masa es bastante líquida. Cuando lo tengas todo bien mezclado y homogéneo, que no quede ni un grumo, agrega el extracto de vainilla y el colorante rojo, y vuelve a mezclarlo todo. Yo he usado colorante en gel, y le puse media cucharadita de las de café. Te recomiendo que sea un colorante en gel o en pasta, si usas uno líquido vas a necesitar un montón.
Ahora que ya tienes la masa preparada, tu eliges si hacer unos cupcakes, como yo, o bien una tarta. En todo caso, pon los moldes necesarios y engrásalos con aceite (en el caso de los cupcakes, si utilizas blondas de papel no es necesario! :P ).
Con el horno precalentado a 180°C, con calor arriba y abajo, yo tuve que hacer dos tongadas de 12 cupcakes, de 15 minutos cada una. Pero si has escogido hacer una tarta, el tiempo necesario dependerá del grueso que ocupe la masa. Para uno de 25 cm (lo habitual), con unos 30-35 minutos estará bien, aunque ya sabes que mejor que lo controles con un palillo.
Bueno, cuando veas que están echos, déjalos enfriar del todo antes de cubrir con el frosting. Así que mientras se van atemperando, porqué no lo preparas? En éste caso es un crema de queso, y si tienes varillas eléctricas te serán de gran ayuda ahora. Te he especificado la mantequilla SIN sal, ya que aquí si que se nota la diferencia. Bate la mantequilla blanda con el azúcar glas, hasta que blanquee. Mejor si lo cubres un poco con un trapo para no espolvorear toda la cocina….jejejeje. Cuando lo tengas bien integrado añade el queso cremoso, que debe estar frío de la nevera para obtener la textura que queremos. Si ves que cuesta demasiado batir, puedes añadir un poquito de leche. Y guárdalo en la nevera hasta el momento de utilizar.
Si has hecho una tarta tendrás que dividir el bizcocho en dos o tres partes iguales, en horizontal!! Pero antes de cortar, asegúrate que esté completamente frío. Y ahora toca rellenar: la tarta a capas, dejando suficiente crema para cubrir todo el exterior; los cupcakes hay que rellenarlos. Hay varias opciones: con una jeringa; una boquilla especial (que es más alargada) o bien con una descorazonador. Como te sea más fácil. Yo ésta vez usé una boquilla para la manga pastelera, que de paso me sirvió para darle forma en lo alto.
Para decorar, si has preparado una tarta, puedes poner las migas que has sobrado al cortarlo, pasándolo por un tamiz. O bien, como en mi caso, espolvoreé un poco de cacao por encima.
Como puedes ver, creo que me faltó rellenarlos más (y por eso me sobró un poco de frosting). Pero todos quedaron encantados con el postre a la americana que me marqué. Un cupcake esponjoso, no demasiado dulce y un toque final excelente para una reunión familiar de las nuestras. Recuerda en darle un toque dulce a tu vida. Hasta la próxima golos@s!
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