Contrariamente a lo que pueda parecer esta es una receta muy ligera. ¿Y qué hago yo cocinando recetas muy ligeras? Pues resulta que una ya tiene una edad, y kilos de más desde el Pleistoceno medio, y dos niñas que me hacen querer sentirme mejor y más activa, así que ni me lo pensé cuando supe que mi querida Lucía, que lleva el fantástico blog Dime qué comes, y que forma parte del grupo de nutrición de la Unión Vegetariana Española había abierto junto con su socia Naira Fernández, del blog Una pizca de vida, el Centro de Nutrición Palma que afortunadamente ofrece un servicio online para la gente que como yo no puede acudir presencialmente a la consulta.
Después de una completísima primera consulta, Lucía preparó para mí un fantástico dossier con unas pautas dietéticas saludables especialmente diseñadas para mí: una persona vegana, que lleva casi tres años amamantando a sus peques y que quiere ponerse en forma de una vez y para siempre pero sin dejar de cocinar cosas ricas para toda la familia. Llevo poco tiempo aún, pero quiero empezar a compartir en el blog algunas de las recetas que utilizo para preparar mis menús.
Ingredientes (hemos comido 4 personas):
Para las albóndigas:
Un bloque de tofu firme
Un vaso de copos de avena integral
Dos cucharadas soperas de pan rallado con ajo y perejil
Un chorrito de salsa de soja
Un chorrito de agua fría
Para la salsa:
Tres rebanadas de pan tostado
Una cebolleta en juliana
Tres dientes de ajo laminados
Un puñado de almendras
Dos vasos de caldo vegetal
Aceite de oliva VE y sal
Preparación:
En primer lugar, desmenuzamos el tofu y lo mezclamos con los copos de avena, el pan rallado, el agua y la salsa de soja. Dejamos reposar por lo menos media hora.
Mientras, preparamos la salsa: en una sartén antiadherente tostamos el pan y lo ponemos en el vaso de una batidora. Añadimos una cucharadita de aceite por persona y sofreímos los ajos laminados. Los ponemos en el vaso de la batidora. A continuación, sofreímos la cebolleta y la ponemos con el puñado de almendras también en el vaso de la batidora. Añadimos un poquito de agua para ayudarnos y batimos bien.
La pasta resultante la pasamos a una cacerola y añadimos el caldo. Cocinamos a fuego lento hasta obtener una textura cremosa.
Damos forma a las albóndigas con las manos húmedas y las hacemos al horno (a temperatura bien alta, para que no se deshagan) o mejor aún en una sartén antiadherente con una pizca de aceite y bien tapadas. De las dos maneras quedan muy bien sin necesidad de freírlas.
Finalmente unimos las albóndigas y la salsa y cocinamos apenas un instante, para que las albóndigas no se ablanden y pierdan la forma.
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