Plato casero por excelencia. Vaya que esta no es una comida festiva ni un plato especial, pero sí que es de esos que te sirven cuando llegas del trabajo, con un acompañamiento de patatas fritas-barra de pan y sabe a guiso de mamá, para que los niños cuando crezcan digan: Como las albóndigas en salsa de mi madre no hay otra!
En fin, que como hay que tener de todo en la viña del señor, hoy os dejo un plato de diario con el que triunfareis seguro.
Para hacer las albóndigas: ponemos en una fuente alta un huevo batido, ajo y perejil muy picaditos, sal, pimienta negra molida y 600 g de carne de ternera picada. Mezclamos bien, hasta integrarlo todo, y hacemos las bolitas que pasaremos por pan rallado. Freímos en abundante aceite y reservamos en un plato con papel absorbente.
Para hacer la salsa: En una sartén con un fondo de aceite de oliva caliente, ponemos 4 dientes de ajo enteros y pelados, un puñado de almendras crudas peladas y un trozo de pan. Freimos removiéndolo, hasta que empiece a dorarse. Entonces pasamos a un vaso de batidora, añadimos un poco de sal, un buen chorro de vino blanco, azafrán y agua templada. Batimos hasta que quede una salsa homogénea y con la consistencia que más nos guste.
Vertemos las albóndigas en una cazuela y le agregamos la salsa, dejamos cocer unos minutos a fuego lento para que se integren bien los sabores.
¿Queréis comida casera de verdad? de la que os recuerda a mamá, pues no lo dudéis, hacer este plato y triunfo asegurado, eso sí, no os olvideis del pan!