La receta de hoy es una estupenda, a la vez que muy sabrosa receta para deleitar a cualquier comensal. Lleva un relleno salado como el atún y el jamón con un toque dulce de cebolla caramelizada. La dificultad de la receta es media pero hay que tener en cuenta que aplicaremos la técnica de escaldar y el caramelizado de la cebolla. Es una receta mía que se me ocurrió pensando como sorprender en un aperitivo. Vamos a ir por pasos, ya que tiene algunos, y así no nos liaremos.
Ingredientes
2 tomates maduros grandes
1 lata en conserva de atún en aceite vegetal
Jamón al gusto
Orégano
1 cebolla cortada (receta de cortes en ciselé, dados de 1 mm por 1 mm)
Queso parmesano
Agua
Aceite de oliva
Preparación
Ponemos una olla con agua a fuego fuerte y llevamos a ebullición. Con un cuchillo fino (puntilla) sacamos el pedúnculo de los tomates y hacemos una cruz fina en la parte de abajo. Una vez llegue el agua a ebullición, introducimos los tomates hasta que veamos que la piel se agrieta, retirándolos del fuego y sumergiéndolos en agua helada. Esta técnica se llama escaldar. Retiramos del agua y pelamos los tomates, que saldrá la piel sola. Una vez pelados cortamos los tomates un poco más arriba del centro longitudinalmente, y con la puntilla y con cuidado vaciamos el tomate de sus pepitas, dejándolo vacío para rellenar. Reservamos.
En un cazo a fuego bajo pondremos aceite de oliva. Introducimos la cebolla cortada y con el mismo fuego muy bajo iremos pochando hasta caramelizarla. Nos podemos ayudar de una gota de agua para que dore mejor. La cebolla es una de las verduras que contiene mucho azúcar, así que a medida que vamos pochando va soltando su azúcar. Nos podemos ayudar de 1/2 cuchara de café de azúcar, moviendo para caramelizar mejor. Una vez tengamos la cebolla a punto, añadimos el jamón cortado fino y le damos unas vueltas para que se integre. Retiramos del fuego, añadimos la lata de atún escurrida y movemos para integrar sabores. Reservamos.
Calentamos el horno a 180 grados y en una bandeja con papel sulfurado pondremos el jamón para hacer el crujiente. Dejamos unos minutos y cuando veamos que esta durito sacamos del horno reservándolo.
Es la hora de montar los tomates. Cogemos los tomates, rellenamos con el conjunto de atún y jamón hasta llegar al borde. Rallamos queso parmesano encima cubriéndolo bien y espolvoreamos orégano. Introducimos los tomates al horno con la misma temperatura que teníamos, y dejamos fundir bien el queso, llegando a un color dorado.
Retiramos del horno, ponemos el crujiente de jamón encima y tenemos un magnifico tomate relleno con el que quedaremos como auténticos chefs delante de nuestros comensales.