Por eso, el último post de este mes y más aún siendo viernes, no lo podíamos dedicar a otra cosa, aunque eso sí, para que a mí no me de un telele, el DIY-receta de hoy es una propuesta de mi amiga Raquel, que da la bienvenida al otoño con una ensalada con sorpresa de queso. ¿Os apuntáis a descubrirla?
Elaboración & Fotos @ Raquel para Deco López García
Sí porque después de pasar aquí en Laredo las vacaciones, Raquel está de vuelta en Alemania y, para dar la bienvenida al otoño en Stuttgart pensó que nada mejor que una ensalada templada, ya sabéis para ir entrando en estación e ir rebajando los excesos gastronómicos del verano en España y, de paso, aumentar el catálogo de "salado" de nuestra "sección cocinillas" ;)
Como siempre hacemos, vamos a empezar con los ingredientes:
- Canónigos (podrían ser también brotes verdes, pero mejor no uséis lechuga)
- Tomatitos tipo cherry
- Queso de cabra (u otro queso que os guste y derrita bien)
- Pasta filo
- Cebollino
- Aceite de oliva virgen
- Vinagre balsámico
- Mermelada de fresa
- Mantequilla
- Sal
- Pimienta
Y así, con todos los ingredientes listos, vamos con el paso a paso:
En primer lugar derretimos la mantequilla poniéndola en una taza y metiéndola unos segundos en el microondas. A continuación, cortamos la pasta filo en forma de cuadrados. Colocamos el primer cuadrado y lo pintamos con la mantequilla, después colocamos el segundo cuadrado encima y en diagonal - haciendo como un rombo, tal y como veis en la foto - y también lo untamos con la mantequilla derretida.
Mientras vamos haciendo y pintando los cuadrados, aprovechamos para poner a hervir el cebollino unos minutillos para que de esa forma esté flexible y no se nos parta al cerrar los saquitos. También vamos a ir colocando una rodaja del queso en el centro de cada pareja de cuadrados de pasta filo.
Para preparar los saquitos, doblamos con cuidado la pasta filo, los vamos cerrando y, por último, los atamos con el cebollino hervido. Una vez que tengamos todos los saquitos preparados, los introducimos unos minutos en el horno a 140º, lo justo para que se pongan doraditos.
Mientras los saquitos se van dorando en el horno, colocamos en los platos los canónigos y los tomatitos cherry ya cortados. A continuación, sazonamos y aliñamos al gusto con el aceite de oliva virgen y el vinagre balsámico. Por último, colocamos un saquito en el centro de cada plato y añadimos una cucharadita de mermelada de fresa sobre ellos.
Y ya está, así de bonita queda nuestra ensalada con sorpresa queso. Ahí donde la veis, al cortar el saquito caliente, el queso fundido se mezcla con la mermelada consiguiendo el contraste perfecto entre dulce y salado que hace de esta ensalada templada un plato bien original, además de completo y ligero (las calorías del queso no cuentan, jaja ;)
Como siempre, antes de terminar un último consejo de parte de Raquel. Me pide que os diga que si queréis darle un poco más de contundencia a esta ensalada templada, o directamente convertirla en plato único, podéis añadir una loncha de bacon por cada medallón de queso, envolviéndolo en ella antes de meterlos en el saquito. ¿Tampoco pinta mal la versión menos light, verdad?
Yo de momento me quedo con ésta y la voy a preparar tal cual, así que... que se preparen
mis niños y su Sr. Padre, que este finde tienen "sorpresa" ;)
¿Y vosotr@s? ¿Os animáis a probarla?
¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!