A ti, manzana,
quiero
celebrarte
llenándome
con tu nombre
la boca,
comiéndote.
Siempre
eres nueva como nada
o nadie,
siempre
recién caída
del Paraíso:
plena
y pura
mejilla arrebolada
de la aurora!
Qué difíciles
son
comparados
contigo
los frutos de la tierra,
las celulares uvas,
los mangos
tenebrosos,
las huesudas
ciruelas, los higos
submarinos:
tú eres pomada pura,
pan fragante,
queso
de la vegetación.
Cuando mordemos
tu redonda inocencia
volvemos
por un instante
a ser
también recién creadas criaturas:
aún tenemos algo de manzana.
Yo quiero
una abundancia
total, la multiplicación
de tu familia,
quiero
una ciudad,
una república,
un río Mississipi
de manzanas,
y en sus orillas
quiero ver
a toda
la población
del mundo
unida, reunida,
en el acto más simple de la tierra:
mordiendo una manzana.
(Oda a la manzana. Pablo Neruda)
Hoy os propongo un postre rapidísimo y facilísimo, una combinación equilibrada entre tradición y modernidad y que podéis elaborar con todo tipo de frutas.
INGREDIENTES:
1 kg. de manzanas golden ya peladas y troceadas.
1/2 kg. de azúcar.
Zumo de 1/2 limón.
6 hojas de gelatina neutra.
ELABORACIÓN:
En una olla a presión introducimos las manzanas troceadas y el azúcar y lo tenemos a fuego medio removiendo de vez en cuando hasta que el azúcar se derrita.
Acto seguido, tapamos, subimos el fuego y cuando la olla coja presión bajamos el fuego y lo dejamos 7-8 minutos.
Transcurrido el tiempo, apagamos el fuego y esperamos a que la olla pierda presión. Mientras tanto ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fria durante 2-4 minutos.
Abrimos la olla, trituramos y ponemos la olla a fuego medio y sin que llegue a hervir, echamos las hojas de gelatina escurridas, removiendo hasta su entera disolución.
Vertemos el puré de manzana en un molde y llevamos al frigorífico hasta que cuaje, unas 4 horas aproximadamente.