También. También me encanta la comida mexicana. Si es que no tengo arreglo, por no decir que es que me gusta todo, bueno mejor dicho, todo tipo de comida me encanta literalmente. Siempre digo que hay gente que se salva diciendo "yo es que soy más de salado que de dulce" o bien frases del tipo "a mi es que la comida china no me gusta".... Bueno pues yo no, a mi me vienen bien todos los platos, de todos los paises, dulce, salado, agridulce, incluso de un día para otro. Me da igual, soy de comer y ya está! cada uno es como es no? O_O
Ya os comenté en la entrada Un Desayuno Completo, que estuve de viaje de novios en México y me enamoré además de sus playas, de su gastronomía {como ya os podréis imaginar}. Probé platos deliciosos y entre ellos la enchilada me marcó. Después ya de vuelta, la he pedido en varios restaurantes donde he tenido ocasión y el resultado nunca me ha decepcionado. Venía a ser algo así como el plato que hoy os traigo, aunque quiero dejar claro que esta receta no la he sacado de ningún sitio, que posiblemente no sea la auténtica enchilada, pero es la versión de mi visión de la misma ;]
Ponemos un chorreón de aceite de oliva a calentar en una cacerola y cuando esté en su punto, le echamos un pimiento verde, un trozo de pimiento rojo y una cebolla cortados en trozos pequeños. Rehogamos hasta que empiecen a ablandarse {sin dorar} y añadimos dos pechugas de pollo filiteadas, cortadas en tiras y después por la mitad, para que queden trozos regulares. Seguimos rehogando y cuando toda la pechuga está blanca, salpimentamos, vertemos un puñado generoso de maiz dulce {como media lata}, un brick de nata (crema de leche) líquida de 200ml y medio paquete de mozarella rallada. Mezclamos bien y apartamos.
Por otro lado, hacemos tortitas de maiz calentándolas según las instrucciones del fabricante, en mi caso unos segundos en el microondas.
En un recipiente redondo apto para horno, engrasamos ligéramente el fondo con unas gotas de aceite que extendemos con un papel de cocina y ponemos una tortita, luego un par de cucharadas de nuestra mezcla que tenemos reservada. Luego otra tortita y más relleno. Así iremos calentando tortitas hasta que se acabe el relleno y terminamos con una tortita que cubrimos de tomate frito casero {al que si queréis podéis añadir una guindilla o pimiento chile para dar el toque picante, que yo en mi caso no puse porque la iban a comer niños también} y una capa de mezcla de quesos rallados.
Gratinamos al horno previamente precalentado unos minutos, a 180º hasta que el queso esté dorado. Servimos caliente y aunque no le hace falta nada más que una cerveza, podéis acompañar servido de unos nachos. Delicioso!
Si vosotros también tenéis una versión propia de la enchilada, o sabéis la diferencia de la mía con la original, podéis contármelo en los comentarios. O decirme que os parece la mia o si tenéis el mismo problema que yo con la comida, es decir, que os gusta toooda, no os vayáis sin decírmelo que me encanta enterarme.