INGREDIENTES (2 personas)
8 sepias pequeñas
8 langostino cocidos
12 mejillones al natural
Semillas de sésamo
Rúcula
Sal, pimienta y aceite de oliva
Para la vinagreta
1 tomate
1 cebolleta
Maíz dulce
Aceite de oliva Virgen Extra
Vinagre de Jerez
Sal
Cebollino picado
Hoy toca una mezcla de cena de aprovechamiento (los mejillones y los langostinos que pululaban a sus anchas por mi nevera) con unas sepias pequeñas que me han enamorado según me las han presentado. Enseguida mi mente se ha disparado en busca de una combinación lo más rentable en taquilla posible. Y vista la temperatura que nos acosa sin tregua, la mejor decisión era tirar por una ensalada. El resultado es esta pareja protagonista de mar y huerto que escandaliza a cualquier paladar. Una fusión de calor y frío para no entregarnos todavía a los sudorosos deseos de astro rey. ¡Mandiles arriba!
1. Como mis mejillones venían ya envasados no ha habido necesidad de abrirlos al vapor. Pero si tuvierais que realizar esa tarea, ya sabéis que los afeitamos bien las barbas, los lavamos y los ponemos a cocer al vapor en una olla con un dedo de agua o vino blanco. Cerramos la olla y la vamos removiendo hasta que se abran nuestros moluscos.
2. Lavamos bien las sepias y pelamos los langostinos. En una sartén con aceite de oliva vamos friendo un diente de ajo muy finamente picado. Enseguida incorporamos la sepia (que está cruda y tarda más en hacerse) Dejamos que se cocine bien a fuego moderado.
3. Mientras eso lleva su ritmo, nosotros subimos la marcha de la vinagreta. Troceamos un tomate y una cebolleta. Las metemos en un bol. Añadimos el maíz (escurrido) y bañamos con el aceite, el vinagre, la sal y el cebollino picado. Mezclamos todo bien y ya la tenemos lista.
4. Volvemos a la sartén marina. Cuando la sepia ya esté casi en su punto añadimos los langostinos cocidos y los mejillones. Subimos el fuego y damos unos buenos meneos a la sartén para que se mezclen los sabores y los jugos, y ya de paso, se doren un poco. Retiramos del fuego.
5. Emplatado. En un plato hondo (en mi caso) servimos una cama de lechugas (yo usé rúcula). Encima disponemos la sepia, los langostinos y los mejillones. Vertemos por encima la vinagreta y culminamos esta obra con un poco de sésamo tostado.
6. Y si ya nos ponemos finos finos, decoramos con unas ramitas de cebollino. Un plato espectacular para templar nuestros nervios y ansiedades del día a día. ¡Que aproveche, hitchcookianos míos!