La ensalada española tradicional es la que suele llevar lechuga, tomate, cebolla, olivas, espárragos y, en ocasiones, huevo duro. Ahora bien, cada comunidad autónoma intenta incorporar alimentos autóctonos en las ensaladas, dando un toque de personalidad y explotando los productos de la región. Los embutidos en Cataluña, la cecina en León, el queso Idiazábal en el País Vasco, los pimientos del piquillo en Navarra o las, cada vez más buscadas, anchoas del Cantábrico.
Ensaladas internacionales
Si quieres sorprender a tus comensales cuando vengan a casa, quedarás como un rey con algún toque italiano. Una de las más típicas es la ensalada Caprese, que lleva tomate y mozzarella, con un poco de orégano o albahaca. La rúcula tampoco puede faltar en cualquier ensalada italiana que se precie. Por otra parte, el Antipasti formado por tomates secos en aceite, calabacín y berenjena en conserva, le da un toque avinagrado al plato.Por otro lado, la ensalada alemana más importante es la Kartoffelsalat, que debe llevar patata con cebolla cortada fina, hierbas frescas, pequeños trozos de salchichas de Frankfurt, aceite de oliva y un toque de vinagre. También es interesante la Munich, típica ensalada alemana con col y panceta. Una opción de bastante consistencia debido a la carne que se incorpora.
Lo más moderno
La materia prima que forman hoy en día las ensaladas ha evolucionado. De la típica ensalada con tomate y olivas hemos pasado a platos más sofisticados, pero no por ello más difíciles de realizar en casa, convirtiendo tus ensaladas en platos de cocina de vanguardia.Algunas ideas las puedes extraer, por ejemplo, de locales prestigiosos y emblemáticos, que presentan recetas fácilmente realizables en tu cocina. El restaurante Visual del hotel Torre Catalunya, de Barcelona, tiene un gustoso menú degustación, con maridaje incluido, en el que resalta la ensalada de anguila ahumada con lichis, remolacha, soja germinada y piña liofilizada. Un gusto para los sentidos que combina perfectamente con un vino blanco Xarel·lo.
Con quesos y foie, las preferidas de los más exigentes
Las ensaladas donde se mezclan las hojas de espinacas con queso de cabra o parmesano, envolviendo el plato, son una de las preferidas por los comensales más refinados. A estos ingredientes se les pueden añadir dos o tres langostinos, jamón serrano o jamón de pato. Los entendidos en el tema especifican que, a veces, menos es más, y cuanto menos ingredientes lleven las ensaladas, mejor. Ahora bien, tales ingredientes han de ser de extrema calidad y llenar el estómago de un público exigente.Las hojas de cualquier verdura cruda combinadas con foie también están a la orden del día. Además, todo ello puede ser regado por vinagre de Módena, aceite de oliva o bien con salsas de frutas del bosque, para dar un toque de color y sabor especial a los platos.
De frutas y con improvisación
Para todos aquellos que quieren ponerse a dieta, la ensalada de frutas es perfecta. La combinación de frutas variadas es una opción para que ésta no resulte aburrida. El truco está en mezclar distintos tipos de ingredientes con alguna cosa más. En la imagen, una ensalada al estilo chino, sencilla y sin complicaciones: kiwi, plátano, naranja, rambután y mango, ingredientes que se pueden adquirir en cualquier frutería.A veces, la mejor opción es la ensalada espontánea o improvisada. Es decir, aquella que se realiza sin necesidad de ir a la compra, pues se trata de reunir aquellos ingredientes que tengamos en la nevera o en la despensa y que muy pronto caducarán. Todo sirve: maíz, pimiento, pepinillo, queso o el embutido que nos ha sobrado. Lo importante es aderezarlo con alguna hierba y un poco de aceite aromático. Así de fácil y sano.
De frutas, de verduras, de pasta, con mezcla de quesos, con frutos del bosque, de arroz, mediterránea, con embutidos del país, con pollo o con toques orientales, las posibilidades de las ensaladas son infinitas y siempre quedan deliciosas. Por ello, además de en la época estival, son una opción estupenda para todo el año.