Y naturalmente la fiesta carnavalera va asociada a la fiesta gastronómica. Como no podía ser menos, en estas fechas el desfile de exquisiteces es variado y generoso, especialmente en el apartado de los dulces: orejas, buñuelos, chulas, flores, rosquillas, bica, filloas, son buen ejemplo de ello.
Os traigo la receta de estas últimas, las filloas, un postre sencillo y delicioso. Para prepararlas necesitaréis básicamente sólo tres ingredientes: harina, huevos y leche.
A la hora de hablar de cantidades “cada maestrillo tiene su librillo”. Hay quién añade a la mezcla un poco de azúcar o canela, e incluso anís, ralladura de limón o naranja, más o menos leche y harina “la que admita”. Pero para que os hagáis una idea yo las preparo con la siguiente proporción:
Dos huevos grandes, o tres si son pequeños.
Medio litro de leche.
Unos 100/150 gr de harina.
Una pizca de sal.
Azúcar para espolvorearlas.
Con estas cantidades os saldrán unas 10/12 filloas, dependiendo del tamaño de la sartén y de lo finitas que las hagáis.
Lo primero que haremos será preparar el “amoado” que es como llamamos aquí a la mezcla más o menos líquida que dará lugar a las filloas. Para ello batiremos los huevos con la leche y la pizca de sal e iremos añadiendo la harina tamizada procurando que no queden grumos.
Una vez listo el amoado es conveniente dejarlo reposar en la nevera un mínimo de una hora, (incluso podéis prepararlo de víspera). Después el proceso es muy simple: ponemos al fuego una sartén y engrasamos ligeramente su superficie con un trozo de tocino.
Añadimos un cucharón de la mezcla procurando cubrir todo el fondo, pero al mismo tiempo tratando de hacer la filloa lo más finita posible.
Cuando empiece a dorar por los bordes le damos la vuelta, y después la pasamos a un plato y espolvoreamos con azúcar al gusto. Repetimos el mismo proceso con cada filloa hasta terminar.
Las filloas admiten multitud de rellenos y acompañamientos. Podéis servirlas con miel o chocolate caliente. Rellenarlas con crema pastelera, nata (crema de leche), mermelada, chocolate, compota… lo que más os apetezca. O como en este caso, simplemente espolvoreadas con azúcar y enrolladas. Esta es la receta de mi infancia, la que recuerdo ver preparar a mi madre y a mi abuela en la cocina de hierro hasta con tres sartenes a la vez. Los pequeños de la casa éramos los encargados de añadir el azúcar y enrollarlas conforme iban saliendo, y la cocinera no daba a basto con nosotros. De cada tres que enrollábamos nos comíamos una, jejejee
Esta receta se la quiero dedicar a mi amiga Rosi, una mujer excepcional. Simpática donde las haya, vital, alegre, generosa, divertida y con un corazón enorme. Llevamos compartiendo afición teatrera y escenarios ya unos cuantos años que espero sean muchos, muchos más. Siempre me dice que exagero cuando afirmo que las filloas que ella prepara son las mejores de Vigo, y es que algunas veces nos ha endulzado los ensayos con ellas y puedo afirmar que están de rechupete!
Rosi es una cocinera espléndida, regenta junto a su marido la cafetería Cortés en el centro de la ciudad, os la recomiendo. Deliciosa comida casera, raciones abundantes, excelente relación calidad/precio, esmerado servicio y simpatía a raudales por parte de la cocinera
Y para los que aún no conocéis nuestro Entroido, aquí os dejo una muestra de su riqueza y vistosidad. Os animo a que vengáis a disfrutarlo con nosotros!
“Filloas, que ya está aquí el carnaval” también está disponible en audio, en iVoox
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