Hola a todos, lo primer que voy a explicaros es que es un flamenquín ya que me imagino que habrá gente que no sepa de que estoy hablando.
Los flamenquines son un rollo de lomo de cerdo relleno de jamón y empanado de tal modo que queda un rulo crujiente, el tamaño difiere en cada casa al igual que el grosor. Es un plato típico andaluz más concretamente cordobés.
Hoy en día también llamamos flamenquines a los hechos con jamón york incluso a los que llevan queso. Vamos como si fuera un San Jacobo enrollado.
Vosotros decidís como hacerlos que para gustos los colores.
Yo os dejo una receta de flamenquines caseros con queso que es la que alguna vez hemos comido en casa y que nos encantan, claro que no es un plato para comer todos los días…ojo con las frituras; os recuerdo que hay que comer variado y sobre todo más verdura y fruta.
Bueno y después de esto os dejo con la receta; espero que os guste.
Flamenquines caseros con queso
Ingredientes para 4 personas:
8 filetes de lomo de cerdo abiertos en forma de libro y cuanto más finos mejor
8 lonchas de jamón serrano, york, de parma, a vuestro gusto
8 lonchas de queso
Sal
1 huevo
Pan rallado
Aceite para freír
Elaboración de los flamenquines casero con queso:
Lo primero que tenemos que hacer es cortar el lomo y formar los libros; yo he comprado un trozo grande entero, me salía más barato, y lo he cortado yo misma; como su nombre bien indica es un filete abierto por la mitad casi hasta el final; sino os atrevéis pedirle a vuestro carnicero habitual que os lo haga, seguro que no os pondrá ningún problema.
Una vez que tenemos los libros vamos a aplastarlos un poco para que nos queden más finos, los tapáis con papel transparente de cocina o con un paño limpio y les dais pequeños golpes con un vas o con el rodillo como he hecho yo.
Salamos los filetes y les ponemos una loncha de queso y en el medio el jamón; enrollamos y sujetamos con palillos.
Pasamos los flamenquines caseros con queso por huevo batido y luego por el pan rallado y freímos en una sartén con aceite bien caliente tienen que quedar bien doraditos.
Los sacamos a papel absorbente y los dejamos un poco para que se enfríen.
Una vez que hayan reposado un rato ya podemos comer aunque si lo preferís se pueden comer fríos, en cualquier caso están buenísimos.
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